02|Amor, Odio y un Balón

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Me bajé del bus, luego camine al instituto y lo observe con aburrimiento con mis manos dentro de la chaqueta.

—¿Qué miras? —una voz a mi lado se hizo presente, pegando su cara a la mía.

—Como incendiar este lugar sin ser descubierta —respondo sin dejar de mirarlo.

—Al menos en tu imaginación se cumple —dice mi amiga pasando su brazo por mi hombro. —Viste el mensaje de Eva que envió al grupo.... tu cara me dice que no. Te cuento, ya que nunca estás al día con el grupo. La cosa es que....

—Chicas, termine con mi novio —apareció Eva a mi lado dándome un susto, metió su brazo en medio del hueco que hacía al tener metida mi mano en el bolsillo. —Lo encontré con otra, aunque es mi culpa. Lo sé. Mi intuición me decía que no, que no lo haga, pero al enamorarte te vuelves completamente ciega. I hate love.

—Por eso no me he enamorado, tu caso me da pena que hasta las ganas se me quitan —subimos las pequeñas escaleras de entrada para luego ingresar por los pasillos.

—Lili tiene razón, me volveré una perra. Quizás así tenga más éxito.

—No cariño, aquí solo hay un puesto y esa soy yo. No quiero que robes mi título.

—Ay lo siento, ¿Que hago entonces? —pregunta al borde del llanto.

—Olvídate de él y punto, es lo mejor que puedes hacer...

—Lili —le lanzo una mirada —Eva, nos conoces y sabes que somos pésimas para dar consejos de amor. Antes de mejorarte te vamos a empeorar y sabemos que de las tres eras las más sana, en todo aspecto.

—Está bien, está bien. Me iré a clase a refugiarme en las materias y sacar cabeza de él, será mejor. Nos vemos en el receso.

—Adiós cariño, ¡Y olvídate de ese pedazo de imbécil! —grita Lili y Eva solo le saca la lengua y camina a su aula.

—Lili —la regaño —se más prudente. Está en su curso, te pudo haber escuchado.

—Que me escuche, eso es lo que quiero. Nadie se mete con ustedes.

Le doy una sonrisa de boca cerrada y camina a su curso, pero se voltea para verme.

—Además, yo también estoy en su curso. Y hare que piense con la cabeza de arriba para la próxima, eso debería hacer.

—Claro, si Eva nos permite... con gusto que haría que se atragante sus bolas por hacerla sufrir.

Nos reímos por lo que decimos.

—Adiós —le saco el dedo de corazón

—Idiota —dice con una sonrisa y camina hasta entrar a la misma aula que entro Eva.

Susurros del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora