POR SIEMPRE TU ― Nick&Charlie

Prólogo

Nick siempre me termina arrastrando al escenario para dar uno de los espectáculos que más le gusta, cantar las canciones de high school musical, juro por dios que no soporto los musicales.

Pero no hay nada que no haría por él, es mi mejor amigo desde primero de secundaria, nos cuidamos la espalda desde entonces, el hace cosas que me hacen feliz y yo a él.

Ha sido así desde que nos conocimos.

Nunca he sentido esa complicidad con nadie más, solo con él.

Es el último día de la primavera, nuestros padres hicieron la clásica fiesta de barbacoa y noche de canto, para darle la bienvenida al verano y a cualquier plan exótico que tengamos.

― ¡Aquí estás! ― Nick aparece con dos tragos y un par de papas fritas, puede comer lo que sea y sigue en forma.

― Me dijiste que te esperara para luego ir allá. ― señalé la casa del árbol.

― Entonces quita ese trasero del asiento y vámonos, ya convivimos mucho con todos.

― A veces se me olvida que tú batería social se agota rápido cuando no comes.

― ¿Y a ti no? No funciono sin comida y menos después de haber dado ese espectáculo.

― Dirás el ridículo que hicimos, ¿Por qué siempre me tienes que arrastrar a cantar?

― Porque tu me arrastras a ver tus documentales aburridos pero como te hacen feliz y yo soy feliz así, por eso lo hago.

― Touché, sube que yo llevo los tragos.

Subimos a la pequeña escalera de la casa del árbol, desde aquí podíamos ver toda la calle de nuestro vecindario, el cielo lleno de estrellas y la brillante luna.

Es una tradición de nosotros sentarnos aquí por horas, olvidarnos del mundo y solo ser nosotros por unas horas.

― ¿Por qué si odias tanto cantar, lo haces siempre cada vez que te lo pido?

Lo miré y golpeo su hombro haciéndolo reír. ― Tu me tienes que estar jodiendo ahora mismo Nick, ¿De verdad me estás preguntando eso?.

― Somos mejores amigos y hacemos lo que sea por el otro, lo sé, pero he tenido esa curiosidad.

Tomo un sorbo de vodka con jugo de limón y suspiro. ― Me gusta ver cómo sonries cuando hago lo que te gusta contigo, eres feliz.

― Pero lo odias.

― Con todo mi ser, pero lo haría millón de veces por ti y lo sabes.

― Y tu sabes que yo haría lo que fuera por ti, como ver tus documentales sobre la historia del cine, oírte hablar por horas del seminario que hiciste hace un año, en fin, lo que sea que te haga sonreír.

Recarga su cabeza en mi hombro, la brisa fresca y el silencio eran nuestro mejor aliado en momentos como este.

― Podemos prometernos una cosa. ― dije mirando las estrellas.

― Lo que quieras, ¿Que se te ocurre?.

― Nuestras carreras en algún punto nos llevarán a lugares separados, siempre vamos a estar el uno para el otro.