CAPITULO 5

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El lugar que visitaron después estaba siendo bastante movido y ruidoso

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El lugar que visitaron después estaba siendo bastante movido y ruidoso. Para su suerte, conocía bien a la dueña del lugar, por lo que obtuvo el pase a la zona VIP donde todo era más calmado.

Pavel seguía enojado, pero no estaba seguro de con quién. El mesero o pooh,quien no se había dado cuenta de los coqueteos.

Como sea, estaba dispuesto a arreglar la noche.

Pidió unos tragos ligeros para empezar, se sentaron en un sillón y pooh parecía ajeno a todo. Pavel intentó distraerlo con besos, toques y charlas. Pero no funcionaba muy bien.

—En serio, ¿Qué ocurre? —preguntó en su oído.

—Uh, nada. —negó terminando su trago. —Pupu, algo pasa. Puedes decirme.

—Es que... —y entonces lo miró directamente —. ¿Y sí despidieron al chico por mi culpa?

Esto debía de ser un chiste. Pavel bufó y se levantó hasta llegar a la barra y pedir algo más fuerte. Maldito mesero de mierda.

Pooh lo siguió momentos después.

—Phi, tienes poco aguante al alcohol. — le recordó después de ver el trago que le sirvieron.

—¿Y? Tú manejas, yo puedo ponerme ebrio.

—Amor, en serio, mañana estarás odiándome por dejarte beber tanto. Deja eso.

—Te odio ahora de todas formas. —y pronto todo el líquido quemó su garganta, sintiendo un extraño placer al beber.

—¿Qué hice?

—El mesero de cuarta —y al ver su expresión de confusión, sólo rodó los ojos—. Le gustaste, eres un idiota y no te diste cuenta de que no quitaba sus ojos de ti. ¡Creyó que eras mi hermano! Es un idiota, idiota, idiota.

—¿Y qué sí le gusto? Él a mí no, porque mi novio eres tú.

—Cállate, me dejarás un día de estos.

—¿Qué estás diciendo?

—Por Dios, Pooh, es obvio que ya no te gusto —tal vez era la gente al rededor, tal vez el olor a marihuana o el hecho de que estaba poniéndose ebrio tan rápido, pero pavel sintió ganas de llorar—. Al menos no sexualmente.

—¿A qué te refieres?

—Eres siempre tan lindo cuando lo hacemos, pero a veces quisiera que no te contengas y me des tan fuerte que no pueda caminar.

Fue entonces cuando miró el rostro sonrojado de pooh, quien abrió la boca pero no dijo nada más. Simplemente se alejó, pavel no miró muy bien a donde pero parecía ser el camino a los baños.

Entonces los minutos pasaban y él seguía ahí solo, en la barra, pidiendo tragos fuertes uno tras otro. Tal vez pasaron diez minutos, quince, realmente no lo sabía. Pavel creía que había espantado a Pooh y se arrepentía de sus palabras. El sexo vainilla estaba bien, estaba bien como fuera porque era con pooh. Él podía aceptar seguir de esa forma. Todo es su culpa por ser tan desesperado.

No sabe en qué momento empezó a llorar. —Es mi culpa, soy tan tonto —murmuró, hasta que sintió como sus lágrimas eran borradas con una lentitud y suavidad que reconoció rápidamente—. Pavel, lo siento. —lloriqueó y se abrazó a su cuerpo.

—Amor, ¿Quieres ir al hotel?

—¿Cómo sabes del hotel?

—Tengo tu bolso aquí, tu teléfono sonó y era
de parte de ellos preguntando sí finalmente querías la habitación.

—Oh —él hipó—. No me dejes, por favor, te amo mucho.

—Yo también te amo mucho, ven —lo ayudó a caminar y salir del lugar, pavel estaba ebrio pero lo suficiente para recordar y ser consiente. Sólo estaba un poco mareado—. ¿Qué te parece sí me cuentas más de lo que te gusta?

—¿Qué? —ya estaban en el auto, la noche era tranquila.

—Amor, siempre te he dicho que lo primordial es la comunicación. ¿Cómo sabré qué te gusta hacer sí no me dices?

—Es que todo te da verguenza.

—Es verdad, pero puedo soportarlo —y lo miró un segundo—. Además, ¿Quién sabe? Tal vez a mí también me guste de esa forma.

—Pooh, ¿En serio puedes con esto?

—Por supuesto.

Así que Pavel reunió valor para decirlo.

dirty talk [Poohpavel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora