dirty talk [Poohpavel]

CAPITULO 7

Los besos se volvieron húmedos, demandantes, calientes. Como si quisieran obtener todo del otro.

La habitación de hotel estaba siendo cada vez más caliente y más pequeña. Para su suerte, encontraron la cama rápidamente. Pooh usó sus manos para empujarlo bruscamente, hasta que pavel se separó de él y su espalda tocó el colchón. No pasó ni un segundo cuando el menor bajó y comenzó a besar su cuello.

Pooh estaba entre sus piernas, por lo que Pavel  rodeó su cadera y apretó los muslos, atrapando a su novio. Pero por supuesto que Pooh no tenía intenciones de irse.

Las manos de Pooh  estaban viajando por el cuerpo debajo suyo, los pantalones fueron desabotonados y la chaqueta junto a la camisa se habían movido de su hombro, por lo que comenzó a bajar un poco más hasta besar sus clavículas. Sacó su lengua
y se dedicó a dejar marcas rojas a su paso, escuchando los jadeos de Pavel

—P-Pooh... —llamó Pavel  en un gemido—. Háblame.

—¿Qué quieres que te diga? —preguntó con total atención. Antes había oído perfectamente lo que Pavel  quería que hiciera, estaba dispuesto a hacer cosas que
no acostumbraba solo para complacerlo. Lo cierto es, Pooh pensó que le costaría, mas estaba disfrutando también de eso.

—Úsame. —pidió—. No me importa, haz conmigo lo que quieras, sé rudo.

—Phi...

—Y también quiero que maldigas.

Pooh parpadeó. Hace muchísimo tiempo que no decía ninguna grosería y jamás había hablado mal con pavel. Él tenía su actitud correcta, le gustaba ser así. No veía el por qué su vocabulario debía de verse modificado de esa forma. Sin embargo, cuando se trataba de pavel estaba totalmente a sus pies. Haría lo que su novio le pidiera siempre.

Estaba en una gran lucha interna.

—Amor — Pavel se dió cuenta de sus pensamientos, viéndolo quedarse quieto—. No me estás faltando el respeto ni haciendo algo que no quiero, yo te lo estoy pidiendo.

—Yo-... Bueno, ¿Estás seguro?

—Completamente. Está bien que te liberes, no quiero que te pongas límites, estoy aquí para que me uses a tu gusto.

—¿Y si no te gusta?

Pavel se acercó hasta dejar un beso sobre
sus labios, con su mano acarició el cabello de su novio.

—Me gusta ser sucio de vez en cuando.

Pooh sonrió.