EUNOIA | EDWARD CULLEN

❛❛ ─ ARE WE STILL FRIENDS? ♡゙

nunca en mi vida había fingido una enfermedad para no ir a la escuela, posiblemente se debía a que mi padre no solo era un hombre con la cultura asiática en la sangre con una gran puntería, sino también porque era doctor. y no es nada fácil evadir un doctor, no uno que es tan bueno como mi padre.

asi que al día siguiente cuando senti la garganta seca, la nariz llena de mocos y lo primero que hice fue toser como un leproso, supe que el frio de ayer si había influenciado en mí. pensándolo bien, ni siquiera estaba segura si los leprosos tosían, yo no tenia pensado estudiar medicina.

─creo que eres la unica persona que se le ocurre salir con pantalones cortos afuera, en el medio de la tarde noche.─murmuró mi padre, arremangando su camisa hasta los codos mientras empapaba de agua fria un trapo que usabamos cuando tenía fiebre.

─lo siento.─repetí, no si antes toser de nuevo con más dolor que antes, mi padre hizo una mueca de empatía mientras dejaba el trapo sobre mi frente, se sentía congelado, y me dió un escalofrío al sentirlo sobre mí.

aluciné con edward, porque solo recordaba que el solía estar tan frio como aquel paño que ahora cubria mi frente y parte de mis ojos.

─si quieres puedo llamar al trabajo y...─el posó sus manos sobre sus caderas con un suspiro y yo negué haciendo un sonido contradictorio.

─estoy bien, tomaré sopa y... jugaré videojuegos.─murmuré con la nariz tapada, en verdad me enfundé más bajo mis cobijas, cerrando los ojos, quería pensar en edward de nuevo.

─hm... vendré temprano, ¿muy bien? hoy no haré citas hasta tarde, llegaré a las siete en punto a casa. ─murmuró el, apretando mis colchas con cuidado contra mi cuerpo, ya tenia un remedio para bajar la fiebre encima y necesitaba que hiciera efecto.─ tu teléfono está justo en tu mesa de noche, llámame por lo que sea, hablo en serio.

─si.─conteste alargando las palabras roncamente, moviendo el trapo de mi frente para cubrir mis ojos─ no te preocupes... estaré bien, hará efecto el remedio y me levantaré a la sala a comer la sopa que hiciste...

─muy bien, y pídele la tarea a edward.─murmuró él y yo hice un sonido de molestia, sintiendo mis mejillas calientes, aunque fuera más que nada debido a la fiebre.─ te quiero, cuídate... ¡llámame!

no pude responder mucho más, pero seguí ahí enfundada en mis sabanas y sueños de colores por un buen rato, me dolía el cuerpo demasiado y desperté de una pesadilla terrible boqueando por aire quien sabe cuantas horas después.

toqué el paño de mi cabeza, que ahora estaba tibio, y cuando lo quité de encima de mis ojos seguí alucinando posiblemente, el frío que se expandió en mi mano como si edward estuviera a mi lado mirándome aterrado por mí condición.

fruncí el ceño, alargando la mano, dando con el sweater negro y apegado al cuerpo que llevaba. entonces toqué mi cabeza de nuevo, casi como un golpe para despertarme.

─no hagas eso, vas a lastimarte. ─susurró, chasqueando la lengua, apartando sus ojos de mí. su mano seguía sosteniendo mi muñeca, ejercía algo de presión sobre mis venas, quise reírme de su rostro preocupado... ¡estaba tomandome el pulso!

─¿que hora es?─pregunté adolorida, levantandome de la cama, o en un intento de escape, cuando edward solo suspiro tirando de mi mano, hasta que volví a mi lugar, con los ojos casi cerrados de molestia.

─son las tres, y no te levantes, si quieres algo dímelo yo lo traeré. ─murmuró, incorporándose de nuevo, y con altura caminó al rededor de la cama para abrir las cortinas.─ tu padre te dejó algo de comer, lo estoy calentando para tí, le agregué algunas cosas que pensé que le harían falta, necesitas comer todos los nutrientes para recuperarte más rápido...