El Eco de las Sombras

27 6 2
                                    

Han pasado dos días desde que me fui de casa, desde que llegué al bosque y me escondí aquí. Desde entonces he tenido sueños extraños, visiones fugaces de un número: seis. Un dolor de cabeza me atraviesa de solo recordarlas.

Abro el mapa para intentar ubicarme pero el límite de la hoja termina donde empieza el bosque.

-Genial- intento no entrar en pánico.

Voy a intentar reubicarme y llegar a la ciudad más cercana a mi para poder seguir el mapa.

Después de un rato caminando, con cansancio y dolor, noto una vibración en mi mochila, es el diario. No había vuelto a moverse desde que lo encontré en el sótano, pero ahora parecía todo lo contrario, vibraba desesperado, como si pidiera que lo sacara de la mochila.

Escucho el sonido de unas pisadas y me giro, es un chico, no más mayor que yo, me está mirando fijamente. Estaba pálido, empapado de sangre y parecía tener una herida muy fea en el pecho.

- ¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado?- le pregunto intentado dar un paso hacia él.

-Eres como yo- lo dijo con dificultad, parecía que le costaba hablar.

-No se de que me estás hablando, ni siquiera te conozco-

-Tienes un don, al igual que yo- continuó- pero te van a matar por ello.

-¿De quienes me estás hablando?-

El extraño cayó al suelo retorciéndose de dolor y tosiendo sangre. Me acerqué corriendo hacia él. Dijo -escúchame bien, este mundo es peligroso para nosotros, tienes que huir, nunca estarás segura. No dejes que te capturen. Se hacen llamar la orden de la luz, ellos nos dan caza, a cualquier persona con atisbos de sombra.

De repente el sonido de caballos y carretas era más cercano. Alcé la cabeza y pude ver la luz de las antorchas cada vez más cerca. No supe que hacer.

-Tienes que irte, escóndete de ellos y mantente viva- una lágrima se deslizó por su mejilla- mantente viva y lucha por nosotros.

-No puedo dejarte aquí- intenté levantarlo,

-Yo no tengo salida, pero puedo verlo en ti. Eres nuestra salvación, recuerda que las sombras son parte de ti, y tú de ellas- dijo con su último aliento y con la mirada fija al cielo. Le cerré los parpados, impotente por no poder hacer más por él.

- Sal diablo de las sombras, no tienes escapatoria, solo estas retrasando lo inevitable- escuché varias voces que gritaban a lo lejos.

Terminé de recoger rápidamente mis cosas del suelo y salí corriendo en dirección contraria a las voces.

Diablo Número SeisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora