Percy Jackson

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Para: ghotstlymary

Título: Despedida

PoV Percy:

Terminé de pasar los apuntes del último curso de biología a limpio y estiré mis brazos, cansado.

Aunque la vida a la universidad era cansada, después de salir del Campamento Mestizo sentía que me había quitado un peso de encima. Muy pocos monstruos eran los que me querían atacar cuando me paseaba por la calle o por el campus universitario, y no vivía preocupado por si saldría una nueva profecía que me mandaría a una misión mortal.

— Cariño, ¿estás ahí? —habló la voz de mi novia mientras cerraba la puerta del pequeño piso que habíamos alquilado juntos.

— ¡Aquí estoy! —Corrí a saludarla y le di un pequeño beso en los labios— ¿Cómo te ha ido con tus amigas?

— Muy bien, muy bien. Me he encontrado a un chico que se hacía llamar Jason. —explicó, un poco confundida— Me ha dicho que te conocía y que te quería ver, parecía desesperado. Cuando me he intentado alejar de él por qué me estaba asustando, me ha cogido del brazo y ha insistido. —hizo una mueca— Decía que debías volver al Campamento Mestizo, que la gente ahí te echa de menos y que necesitas entrenar.

Bufé cansado mientras me tumbaba al sofá: — ¿Ahora también mandan a Jason? Primero mandaron a Annabeth, luego a Grover, después a Tyson y ahora a Jason... —conté mentalmente. Me frustraba que no entendieran que estaba bien como estoy ahora, viviendo una vida tranquila. Me costó bastante tiempo explicarle todo mi mundo de semidioses y dioses y monstruos, a Ignacia, mi novia, pero gracias a los dioses lo entendió todo y eso le explicó por qué de vez en cuando veía "cosas raras" porque veía a través de la niebla.

— Quizá deberías irlos a ver una última vez, explicarles toda tu situación, estoy harta de fingir que no te conozco. —sugirió Ignacia sentándose a mi lado.

— ¿Pero no pueden entender que no siempre podré ser su héroe? —me pregunté cansado— Yo también quiero vivir mi vida, ser feliz, estar tranquilo... —Cerré los ojos mientras me permitía soñar un poco.

Mi novia se acurrucó a mi lado, y empecé a acariciarle el pelo, estuvimos así un buen rato, disfrutando del silencio y de la tranquilidad que se respiraba en ese pequeño piso.

— Está bien, iré a hablar una última vez con ellos. —Accedí al final.

* * * * * * * * * *

— Te espero aquí. —indicó Ignacia antes que saliera del coche, habíamos aparcado en los pies de la montaña que llevaba al campamento— No creo que me dejen entrar ahí, por mucho que vea entre la niebla.

Le besé los labios: —Te quiero.

— Te quiero. —contestó— Ve con cuidado y buena suerte. — Salí del coche dispuesto a hablar con Quirón.

Llegué al campamento, atrayendo miradas de todo tipo, desde sorpresa, a admiración, a felicidad... y algunos a miedo al ver mi mala cara.

Llegué a la Casa Grande, donde me recibió Quirón con una sonrisa, estaba jugando al Pinacle con Dioniso y un sátiro.

— ¡Percy! Quanto tiempo sin verte. —saludó el centauro, en cambio, Dioniso solo hizo aparecer una lata de Coca - Cola y se la bebió, sin dejar de mirarme en ningún momento.

— ¿Qué queréis de mí? —pregunté.

— ¿Qué quieres decir Percy? —cuestionó el centauro— Has venido tú a visitarnos.

— Porque lleváis meses persiguiéndonos a mí y a mi novia diciendo que necesito volver aquí. —expliqué— Ahora dime por qué tenía que volver aquí.

Quirón no respondió, confundido, pero sí lo hizo Dioniso.

— Annabeth les convenció a todos que no estabas preparado para el mundo real, que no sabrías enfrentarte a los monstruos tú solo. —explicó, mientras hacía aparecer otra lata de Coca - Cola— Y como el resto te echaba de menos, le siguieron el juego. Debes entenderlo —Se encogió de hombros— venías cada verano para verles y de la nada desapareciste sin explicaciones, les malacostumbraste. 

Bufé molesto: — Ahora los voy a ver.

Me dirigí a la pista de Vóley, donde estaban todos mis antiguos amigos jugando. Al verme, todos se acercaron a mí corriendo, con cara de felicidad.

— ¡Percy! Te hemos echado mucho de menos. —Me abrazó Leo— Has vuelto antes de empezar el verano incluso. ¿Es para aprovechar el tiempo?

Negué con la cabeza: — He venido a despedirme, he oído que os quejabais de que nunca lo hice. 

— ¿Qué quieres decir? —preguntó confundida Annabeth.

— Estoy terminando la universidad, voy a empezar a trabajar después de eso, no tengo tiempo de volver aquí cada verano para empezar misiones cada vez más y más mortales porque unos dioses me quieren ver muerto. —expliqué mientras miraba uno a por uno— Me encanta veros, pero necesito empezar a vivir mi vida sin preocuparme por malditas profecías. ¡Incluso quiero casarme con Ignacia! Y no lo puedo hacer si me intentan matar cada vez que salgo de misiones. Annabeth. —La miré fijamente, ella se encogió, asustada— Entiendo que sientas que no estoy preparado para el mundo mortal porque ya no estoy saliendo contigo. Entiendo que ya no te sientas útil porque parece que todos están avanzando y tú insistes en quedarte aquí después de la guerra contra Gaia. Pero eso no te hace una inútil. —Me acerqué a abrazarla— Pero dejad de perseguirme, a mí y a Ignacia, por favor. Volveremos a vernos. —prometí— Pronto. Pero también puede ser fuera del campamento. Todos necesitamos unas vacaciones de los dioses.

Después de despedirnos todos, volví al coche con mi novia, para poder volver a casa, por fin.

One - Shots de Percy Jackson (Pedidos ABIERTOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora