➳ Prólogo.

247 18 6
                                    

—¿Lo mismo de siempre? —preguntó Emma apenas atravesé la puerta de su habitación.

—Lo mismo de siempre —rodé los ojos irritada y ella imitó mi acción—. Aunque supongo que hubo un pequeño avance. Quiero decir, esperaron más de cinco minutos para armar un escándalo y dejarle un ojo morado al chico con el que estaba hablando; incluso se tomaron la molestia de pedirme de una manera mínimamente civilizada que entrara al auto y nos marcháramos de ahí, en lugar de simplemente cargarme al hombro como lo hacen siempre. ¡Es todo un avance!

—Tu hermano es un idiota —sonrió—. No puedo creer que compartas el mismo apellido que él. No se parecen siquiera en el aspecto físico, juro que eres adoptada.

—Para empezar, cuando era rubia era idéntica a Ashton, ¡esa fue la razón principal por la cual teñí mi cabello! —respondí irritada—. Tú tampoco tienes mucho de lo que hablar, Emma Hemmings.

—Lo que sea —bufó molesta; odiaba recordar que Luke compartía sangre con ella—. Aunque parezca patético, aún tengo pequeños momentos de locura en los que pienso que nos dejarán en paz.

—Yo los solía tener —solté un pequeño suspiro y me recosté en la cama junto a Emma; ambas mirando el inmaculado techo blanco de su habitación—. Tenemos dieciocho años. ¡Dieciocho malditos años y nunca hemos estado a más de tres metros de un chico con normalidad!

—En ocasiones pienso seriamente en envolver a Luke y a Ashton con un gigantesco papel de regalo y luego dárselo a alguna de las perras que tanto parecen quererlos. Digo, sería mi buena acción del año; están todas jodidamente desesperadas en esta ciudad.

—Mejor déjalos desnudos en algún callejón o algo así, para que la cosa sea justa. Deja que las fieras se maten entre ellas para averiguar quién es la ganadora; no sería divertido dárselo únicamente a una chica —reí.

—Tengo dieciocho años y nunca he visto un maldito pene. ¡Incluso Luke ha bloqueado todos los sitios con pornografía existentes en las computadoras de esta casa! —comentó Emma, tapándose la cara con vergüenza.

—Ashton hizo lo mismo.

Omití la parte en la que me escapé a la biblioteca de la ciudad varias veces a altas horas de la madrugada, para así poder utilizar esas computadoras sin bloqueo alguno para mis asuntos. No venía al caso.

—Creo que si no me dejan ir al menos a una cafetería normal, comenzaré a frecuentar esos bares de lesbianas —amenazó Emma en broma—. Incluso puede que me convierta en una de ellas.

—Ya quiero ver a esos imbéciles dejándole el ojo morado a una chica. Solo procura conseguirte una lo suficientemente pequeña y frágil.

—Pensándolo bien, probablemente sería exactamente lo mismo, pero al revés. Lo único que cambiaría sería que en lugar de un pene, nunca habría visto otra vagina a parte de la mía.

—¿Acaso has visto muchas de esas a lo largo de tu vida ahora? —bajé y subí las cejas sugestivamente—. Espero que no hables de la mía.

—Ya sabes a lo que me refiero, estúpida. Así y me gustaran los perros, no me dejarían acercarme a uno.

—No creo que Luke y Ashton fueran tan crueles de quitarnos a nuestros perros si algún día descubrieran que nos gustan los perros. Son nuestros perros. Quiero decir, ellos aman a esos perros, igual que nosotras. No lo harían. ¿Serían capaces? —dudé; no tan segura de sí ahora mismo debería estar haciéndolo.

Se trataba de Luke y Ashton, no debería haber siquiera un ápice de duda en mí de que harían lo que fuera para protegernos. «Protegernos». Toda su maldita vida giraba en torno a eso.

—Probablemente no —respondió con una mueca—. Pero eso sería extraño, además de que seguramente, no lo harían por nosotras, sino porque ellos también aman a esos perros —comentó pensativa—. Ya no sé ni de lo que estamos hablando.

Nos quedamos calladas mirando algún punto perdido en el espacio. Ambas demasiado ensimismadas en nuestro propio mundo como para hablar. Podíamos bromear durante todo el día sobre nuestros ridículamente sobreprotectores hermanos, pero nunca podríamos tomarlo realmente a la ligera. Lo que hacían nos afectaba más de lo que parecía a simple vista.

Todo el que veía la situación de fuera se marchaba conmovido por el amor fraternal que ellos demostraban hacia nosotras. ¿Acaso estarían tan tranquilos si aquel que ejerciera aquellas prohibiciones sobre mí fuera mi novio? No, lo llamarían enfermo. Porque sería jodidamente enfermo. Le denunciarían, llamarían a la policía, me sacarían de su vista, se preocuparían por mí; pero jamás alguien lo excusaría o diría que lo que hace es mínimamente «normal».

La situación no tenía salida. Nadie iba a preocuparse por si teníamos hermanos extremadamente sobreprotectores y nosotras no podíamos encargarnos con nuestras propias manos. Me alegraba de que ellos tuvieran los suficientes códigos para no golpear a una chica, sino más de un moratón tendría como consecuencia de no haberles hecho caso. Pero aunque eso algún día fallara, me reconfortaba saber que ni Luke ni Ashton jamás tomarían represalias contra su propia hermana, o contra la hermana de su mejor amigo.

—... Nunca, jamás, tomarían represalias —murmuré en voz baja, ganándome una mirada extrañada de parte de Emma—. ¡No sé de qué mierda estábamos hablando, pero sé que ya tengo la maldita solución a nuestros problemas!

—¿De qué estupideces estás hablando, Charlotte? —ella habló entrecortadamente, mientras que se erguía, para así poder mirarme a la cara.

—¿Recuerdas lo que dijimos hoy sobre las lesbianas? ¿Todo aquello de que nunca podrían golpear a una mujer?

—También recuerdo que llegamos a la conclusión de que no les importaría y nos alejarían de cuanta chica se nos acercara.

—Pero imagínate que encontremos a una chica que sea tan importante para ellos que no tendrían otra opción que dejarla en paz. Los dos, ninguno podría joder con ella.

—Creo que entiendo hacia donde te diriges, pero continúa...

—Emma Hemmings, ¿te gustaría ser mi novia falsa?


Foto multimedia:  Charlotte Irwin.  

¡Hola! Si les soy sincera, soy completamente nueva en esto de escribir historias. Hasta que descubrí que había una idea latente en mi cabeza y que no la podía sacar de allí; así que no encontré otro modo que escribirla, y #YOLO, ya que estaba, ¿por qué no publicarla? En fin... Espero que la historia sea de su agrado♥, esto es únicamente un pequeño prólogo de la historia y espero no demorar mucho en subir el próximo capítulo, porque ya lo tengo bastante completo. 

¡Si les gustó la historia, voten y comenten! Lo apreciaría un montón. ¡Besos :D! 

La novia de mi hermana ➳ Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora