Capítulo 4: Flora carnal

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No he hablado con Sofía desde su salida con su amigo, no quedamos de vernos a la noche, nada. Sinceramente estoy algo preocupado, pero no creo que me haya sido infiel.
Me preparé para las clases, y emprendí rumbo al colegio. Pasando por la plaza San Martín,vi a un hombre salir de los departamentos donde vivía Sofía. Alto, macizo, de tez blanca. La expresión de satisfacción en su rostro me dio para pensar, pero bueno.
Qué posibilidades habían de que fuese el amigo de Sofía?
Hasta que me percaté que al umbral de la entrada, estaba ella despidiéndose con un corto pijama de una pieza. Al ver esto se me quemo la sangre y se me petrifico el corazón.
Qué le hice?, acaso no fui suficiente para ella?.
Me repetía molesto camino al colegio, tenía clases con ella a la primera hora.
Entre aparentando nada, normal.
Me senté a escuchar música y me sumí en mis pensamientos.
Aún la amaba, pero no la perdonaré, cómo pudo hacerme algo así?.
Aún tengo una esperanza, debo seguir adelante y no rendirme.
Empezó la clase y me llego una nota de Sofía: "Lamento no haberte llamado anoche, tuve que revisar pruebas, por lo que me rendí en la cama agotada.
Quieres salir hoy?".
-Vete a la mierda, respondí en voz alta.
Todos me miraron sin saber a quién iba dirigido mi mensaje.
-Joel, sal inmediatamente de la sala, dijo enojada.
Accedí a salir, sentí una rabia fría en mi cabeza al pasar a su lado.
No puede ser, qué habrá visto?. No debí llamar a Javier, pero mis deseos fueron mayores a mi consciencia.
-Joel, que te pasa? , dijo ella asustada.
-Pregúntale a tu amigo, respondí fríamente.
-No me digas que...
-Si ,los vi, esta mañana. Me di cuenta de lo que fui para ti, un objeto, un mísero toyboy para cumplir tus fantasías.
-Pero Joel, no es lo que piensas.
Trate de detenerlo pero logró escabullirse.
Sentí sus manos como serpientes ahorcando mi cuerpo.
Me escapé por la reja, y huí hacía el McDonalds.
Joel, que está haciendo?.
-Profesor puedo ir al baño?
-Claro Sonia, pero no tardes.
Al salir de la sala, vi a la profesora Sofía corriendo en dirección a la reja.
-Qué paso profe?. Pregunté desconcertada.
-Joel se escapó. Dijo ella apenada.
Así que esta es la tal Sonia, bastante bella Joel definitivamente, tienes buen gusto.
Salío corriendo a buscar su auto y emprendió rumbo a buscarlo.
Me separé de la profe Sofía y traté de seguirle el paso a Joel.
Por una corazonada, sabía a donde iba.
Me dirigí, al McDonalds casi por intuición, salí por la enfermería fingiendo estar enferma.
Estaba sentado en la acera, casi como esperando mi llegada. Me vio y corrió a abrazarme.
Ese abrazo débil, esos brazos derrotados, algo no andaba bien con Joel.
Correspondí su abrazo con fuerza, hasta que de pronto sentí sus lágrimas heladas cayendo por mi hombro.
El hombro de Sonia me hacía sentir mejor, cómo ese cariño maternal que nunca experimenté.
Lo miré, y lo besé sin pensar en nada.
Su rostro envuelto de lágrimas y temor se unió al mío, sus labios secos.
Sus caricias suaves, sus blandos labios, su dulce sabor. Calmó mi ser.
De pronto me detuve, me seque las lágrimas y dije.
-Sonia, lo siento.
-Que te ocurre?, dijo asustada.
-Seré franco contigo, tenía una relación con la profesora Sofía, pero ella me traicionó.
-Oh, eso sorprende mucho, eso explica el porque te fuiste tan rápido el otro día y las tantas llamadas de atención y papeles. Según me contaban mis amigas del humanista.
-Sabes, tal vez esa mujer no era para ti, es bastante mayor.
-Lo se, hasta el momento todo iba bien, pero esto me destrozó.
-Sonia, desde que te conocí y aún estando con Sofía, no he podido sacarte de mi mente. He soñado contigo, he pensado en ti, siento algo por ti.
-Entiendo, no intento hacer "la del vivo", no te vi como plan b, ni nada. Dije decidido.
-Joel, tu también me gustas, desde que te conocí, necesito tu compañía, me encanta salir contigo y conversar en los recreos. Dijo sonrojada.
-Te propongo que lo intentemos, pero debes cortar todo con la profe. Dijo feliz y confiada.
-Cuenta con ello, la bese y abraze. Me miró feliz, me beso la frente y se fue.
Tengo claro, lo que debo hacer.
...
-Sofía, necesitamos hablar, veámonos en la plaza San Martín en una hora.
-Ok.
El celular marcaba las 1:30 pm, caminé hacia la plaza donde todo había empezado.
Ahí estaba ella, serena, esperando lo peor.
-Hola, dijo nerviosa.
-Hola
-Lo que pasé contigo, fue fantástico, pero no soporto que me hayas engañado, por lo que te pido que acabemos con esto sin perder mas tiempo.
-Pero, Joel, déjame explicarte, yo te amo.
-Yo te amé y confíe en fi, replique molesto.
-No hay nada que explicar, Sofía, vete a casa.
-Si, claro no me podré defender, te engañe y que, de seguro hubieses hecho lo mismo con la tal Sonia. Dijo histérica.
-Tuve la suficiente voluntad.
-Adiós Sofía, para siempre.
Este es el fin, pensé, aún tenía a Javier. Nada justifica lo que hice, me hago cargo se mis actos y seguiré adelante.
Llegué a mi departamento, destruida, vi una carta al pie de mi puerta.
"Sofía, lo del otro día fue fantástico, pero ahora debo volver a Europa, mi arte esta allá, mi escencia, debo concluir mi obra, adios"
Javier
Entre a mi hogar, me lanze al piso y en posición fetal, empecé a llorar.
Perdóname Joel, perdóname, no me dejes, tu eres mío, mío.
Sumida en mis gritos de impotencia, decidí volver al parque San Martín, con la cara arañada y demacrada.
Me pose al costado de de la acera, vi un vehículo y me lancé...
No había manera de enmendar lo que le hice a Joel, mas que esta.
Adios para siempre, amor mío, espero que Sonia haga lo que yo no pude, que te cuide como la madre que no tuviste.
Te amo, perdón.



Amor inmoralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora