Kali
Hoy me despierto con una sonrisa de oreja a oreja, ya que hoy es el cumpleaños de Hades.
Han pasado unas semanas y ya me he recuperado, aunque tengo algunas citas a las cuales tengo que acudir en el transcurso de estos meses. Hace unos días fui a una tienda con Daisy y le compré un regalo.
Le compré puras cosas cursis que espero no las bote o queme.
Mis padres aún no se han ido y ya les dije que hoy en la noche iremos a una cena y les presentaré a alguien. Ellos aceptaron, pero mi padre como el gran celoso que es me advirtió que no será pasivo si no le gusta quien le presente.
Aun no conocen a Hades, ya que él siempre iba de noche a verme al hospital y ya mis padres no estaban allá porque no les permitían dormir en el lugar, supongo que Hades le pagaba a alguien o algo así para que lo dejaran pasar.
Busco mi teléfono para llamar al pelinegro y decirle que venga a mi casa que hoy es el día.
―Hola mi amor. ―lo saludo emocionada.
―¿Qué quieres? ―responde como siempre.
―Hoy es el día, precioso ―anuncio―. Así que ven a mi casa.
―Maldita sea contigo. ―gruñe.
―Te espero en 5 minutos.
Me cuelga y me levanto de la cama dirigiéndome a tomarme una ducha relajante.
Salgo y me visto. Le compré un outfit similar al mío a Hades para que el día de hoy estemos combinados.
Sí, estoy loca. En mi país veía a las parejas vestidas iguales y juraba que yo nunca me vestiría así con nadie y aquí estoy tapándome la boca yo misma.
Me coloco un top blanco con un jeans azul largo y unos tenis blancos.
No sé cómo haré que se ponga esa ropa, ya que sé que, aunque haya aceptado estará de mal humor como siempre.
No sé cuánto he esperado, hasta pensé volver a llamarlo de tanto que duró para llegar, pero aquí lo tengo todo para mí.
Lo llevo a mi habitación y lo tiro a la cama donde dejé la ropa que le pondría. Me subo en sus piernas y le quito la camiseta que ya traía para ponerle la otra, pero en un movimiento rápido ya estoy debajo de él.
Joder, ¿Cómo hace eso en nanosegundos?
―Oye tenemos que salir. ―le digo haciendo un puchero.
―¿Entonces para que me quitas la ropa? ―pregunta besándome el cuello.
―Para vestirte igual que yo. ―revelo.
―Ni de coña ―suelta una carcajada burlesca.
―Pero...
No me deja hablar interrumpiéndome con un beso salvaje mientras se deshace de nuestra ropa hasta quedar completamente desnudos uno arriba del otro.
―De la única manera que podemos estar iguale es desnudos. ―lanza la primera estocada dejándomela toda adentro haciéndome chillar de placer al sentir su gran polla.
―Vistámonos iguales por favor. ―pido entre gemidos.
Mordisqueo y lamo su piel desnuda.
―Si me lo pides así... ―dice con una sonrisa pícara.
Sigue embistiéndome cada vez más duro. Me sostengo de sus hombros con fuerza cuando siento la llegada del orgasmo que me avasalla.
Terminamos y quiere repetir, pero trato de impedírselo volviendo a colocarme la ropa.
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Destinados al mismo infierno
Storie d'amoreLos secretos y traiciones han rondando al rededor de ellos toda su vida como demonios esperando el mejor momento para atraparlos. Kali Queens una chica normal la cual solo quiere ser como sus padres, unos agentes de la CEME, ella consigue una beca e...