¿No son fascinantes las historias sobre el diablo enamorado de un ángel, donde él haría lo que fuera por su amor?
Bienvenidos a otro maravilloso cliché del diablo perdidamente enamorado de un ser puro, aunque en esta ocasión, Jeon Jungkook hará lo...
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Paz.
Taehyung sentía que al fin podía respirar con tranquilidad y sumergirse en un pacífico momento de relajación.
Yoongi había vuelto al trabajo y finalmente había logrado sacar a Jeon de su departamento, claro, luego de varias amenazas y prácticamente tener que patearle el trasero.
Cerró los ojos al encontrarse complacido por el silencio que le rodeaba y consideró seriamente la idea de dormir por el resto del día, lo cual eran exactamente 16 horas.
Rechazó esa opción con una risa cansada y se levantó del sofá con aquel pensamiento que llevaba rondando su cabeza desde que se mudó con su mayor.
El dinero no vendrá por si solo.
Ahora estaba caminando por la acera con un periódico entre sus manos y un gesto inconforme, habían pocas opciones de trabajo, ninguna realmente buena pero tampoco estaba en posición de ponerse a exigir.
Pasaron una, dos, cinco, ocho horas y era el mismo resultado; nada.
Tal vez si dejara de quejarse y culpar al universo por su mala suerte, se daría cuenta que el periódico era de hace una semana. Pero eso ya era imposible, pues el rubio había arrugado el papel a más no poder con molestia, terminando por tirarlo a algún sitio.
Se quedó de pie en su lugar y fijó su mirada en aquel tenebroso callejón en donde había caído el maltratado periódico, y casi como si el mundo estuviera tratando de burlarse de él, se dio cuenta que era el mismo lugar en donde conoció al chico que fue una pesadilla para él por los últimos días.
Tenía que seguir su camino, lo sabía, pero por alguna razón sus pies no se movieron. En lugar de eso, se quedó observando el callejón y casi pudo jurar que el azabache había salido de allí antes de chocarse con él.
⏤ ¿Cómo te hiciste eso?
⏤ ¿Por qué debería decírtelo?
El recuerdo de la sangre en el abdomen ajeno le invadió los sentidos y su estúpido sentido de curiosidad lo llevó a meterse a aquel callejón. No sabía que estaba buscando pero trataba de analizar hasta el más mínimo detalle.
No tuvo que buscar mucho para dar con un rastro de sangre en el suelo, lo siguió como si fuese uno de esos sabuesos entrenados en busca de un crimen por resolver, aún cuando aquello no tenía que ver con él en lo absoluto.
Tristemente, con cada paso que daba no solo se adentraba a ese inquietante lugar, sino también se hundía a sí mismo en algo mucho más peligroso.
Encontró un charco de sangre seca en el suelo casi al final de aquel callejón y dedujo que allí había sido donde Jeon había obtenido su herida, pero todo era tan confuso.
¿Qué razón habrá tenido Jungkook para meterse en aquel oscuro lugar? Incluso él estuvo caminando con miedo por los minutos que le llevó llegar hasta donde estaba ahora.
