Pesadillas.
Megan miró a Bobby con verguenza acababa de mojar la cama y él la limpiaba sin decir nada.
-No pasa nada, Megs, es normal. Hoy ha sido más fuerte. ¿Verdad?-Ella asintió mientras que él la acariciaba el pelo, con dulzura.
-No se lo digas a Egbert-Le dijo con verguenza.
El le enseño la mano, sonriente.
-Lo juro.
Ella le abrazó.
Le quería, lo quería mucho.
¿Qué hubieran echo con ella sí él no se hubiera ofrecido a mantenerla en su casa?El le devolvió el abrazo.
-No me dejes tu también, papá. -Ella le abrazó más fuerte intentando que las lágrimas no salieran.
Papá.
-No, no lo haré. -Besó su cabeza y añadió. - Duerme,princesa.
Las sábanas nuevas la arroparon, un beso en la frente,una promesa pérdida y un sueño nuevamente.
Buenas noches, Megan.
Ya no estas sola, pequeña.