jefe | mw

✨doce✨

Wonwoo

Si hubiera pasado junto a la puerta abierta unos segundos después, no le habría oído decirlo. Y definitivamente no habría creído que pudiera decir algo así.

Pero había escuchado a Gyu con mis propios oídos. Me estaba enviando lejos, haciéndome creer que era una luna de miel cuando sólo era una excusa para deshacerse de mí.

Él no me quiere.

Todos los sentimientos de felicidad y seguridad en los que me había estado refugiando desde que me desperté en la casa del lago desaparecieron al instante, y me pregunté si todo había sido un sueño... o una pesadilla.

¿Todo lo que dijo sobre mí y nuestro bebé era sólo una forma de crear un heredero? Sabía que me estaba utilizando como medio para hacerse con el control de su familia, pero entonces todo cambió. ¿Verdad?

Al menos, lo habían hecho para mí.

Gyu parecía tan feliz por el bebé. Pero tal vez eso era todo lo que quería. Un bebé. No a mí.

Jin estaba diez pasos detrás de mí, así que no oyó la conversación. Seguí caminando y él me siguió.

No quería revelar mis pensamientos. Necesitaba tiempo para procesarlos, y no podía hacerlo con mi guardaespaldas respirando en mi nuca.

Volví a la suite de Gyu, que ya no era mía. Jin me esperó fuera, como hacía siempre, y yo corrí al dormitorio para hacer la maleta y coger el dinero que Gyu guardaba en su cómoda. No sentí que estuviera robando porque me dijo que podía usar lo que quisiera, así que me guardé lo que pude.

Escuchar que iba a ser desechado como la basura de ayer fue un puñetazo en las tripas. Me ardían las lágrimas detrás de los ojos, pero no podía derrumbarme ahora. Necesitaba irme a un lugar lejos de aquí. No sabía si Gyu planeaba quitarme a mi hijo llegado el momento. ¿Y si tenía un omega? ¿Qué nos haría entonces?

No podía arriesgarme.

Si no fuera por el niño que llevaba, me arrepentiría de todo este matrimonio. Nunca supe que el desamor viniera acompañado de un dolor físico. Al menos, mis hermanos fueron honestos sobre lo que sentían por mí. No me decían que se preocupaban por mí y luego me enviaban a un lugar lejano.

Quería creer desesperadamente que Gyu no me haría eso ni a mí ni a nuestro hijo, pero había oído sus palabras. Yo era una distracción y él quería librarse de mí.

Una vez preparada la maleta, me dirigí directamente a la terraza. Había una escalera en espiral que llevaba al patio y a la piscina. Sólo la habíamos utilizado un par de veces desde que llegué, pero ahora me resultaba muy útil.

Era casi la hora de comer, así que nadie se daría cuenta de que caminaba por las sombras hasta llegar a la línea de árboles. El personal de la casa estaría concentrado en su trabajo, y yo solía pasear por el exterior.

Pero no había forma de salir por la puerta principal sin que los guardias alertaran a Gyu de que me marchaba a pie, así que no era una opción. Además, aunque esperara a que cayera la noche, había suficientes luces a lo largo de la carretera como para que Gyu me viera salir desde la ventana de su despacho.

Lo que significaba que tenía que atravesar el bosque.

Como no me gustaba la idea de caminar por la espesa naturaleza en la oscuridad, tenía que ponerme en marcha. Estaba decidido a alejarme lo más lejos posible para mantenerme a salvo a mí y a mi bebé. Había varias hectáreas de terreno boscoso a ambos lados de la casa, así que empecé a caminar, manteniéndome bajo las copas de los árboles hasta que me topé con otra casa.