PRÓLOGO

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Esa sin duda sería la fiesta del año. Era el último día de escuela, los recién graduados bebían sin control mientras la pasaban bien, algunos más que otros.

Yeonjun miró a Soobin desde el otro extremo de la casa y no pudo evitar sonrojarse cuando este le guiñó un ojo mientras le hacía una seña de que lo siguiera. Yeonjun caminó torpemente por el camino donde el chico había ido, llevándose un susto cuando al doblar para llegar a otra sala se encontró al peliazul esperándolo con una sonrisa.

—Me estabas observando —habló con una sonrisa y Yeonjun se volvió a sonrojar—. Eres lindo ¿Qué te parece si me acompañas a otro lugar? —Soobin estiró su mano y Yeonjun la tomó mientras caminaban hasta el baño más cercano.

Cuando entraron dejaron sus bebidas en el suelo, colocaron el seguro y comenzaron a besarse mientras se quitaban la ropa. La atracción era grande y no querían perder más tiempo valioso en el que podían estar probando sus labios.

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Cuando Yeonjun despertó, sintió su cuerpo doler, inmediatamente reaccionó, llevándose la sorpresa de que estaba dentro de la tina de un baño y con el cuerpo de un chico desnudo que ni siquiera conocía, encima de él.
Instintivamente soltó un grito, despertando al mayor. Soobin abrió sus ojos, encontrándose con la mirada asustada del pelirosa.

—¿Quién eres? ¿Qué hicimos? —Yeonjun miró su propio cuerpo desnudo y se asustó más, en cambio Soobin le sonrió con diversión y lujuria.

—Me llamo Choi Soobin, belleza. Al parecer la pasamos bien —se rió mientras miraba su ropa regada por el piso del baño.

Yeonjun lo empujó, poniéndose de pie rápidamente mientras recolectaba su ropa para comenzar a vestirse con la atenta mirada de aquel guapo peliazul.

—¿Cómo te llamas, hermoso? —Yeonjun ignoró el apodo por el cual el chico le había llamado y habló mientras temblaba.

—Me llamo Park Yeonjun —su voz tembló un poco, terminó de atar sus zapatos y se miró en el espejo por instinto—. Me tengo que ir —dijo rápidamente, saliendo casi corriendo del lugar.

Soobin agitó su mano con una sonrisa mientras veía al pelirosa desaparecer.
Pequeñas imágenes de lo ocurrido el día interior llegaron a su mente. Soobin mordió su labio, levantándose de la bañera para colocarse su ropa y salir del lugar. Sin duda, nunca olvidaría a ese chico.

Papi | ˢᵒᵒʲᵘⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora