Papi | ˢᵒᵒʲᵘⁿ

DOS

Yeonjun tomó la mano de su pequeña y le quitó la mochila a Soobin.

—Gracias por cuidar de ella, me tengo que ir ahora —dijo. SunHee arrugó la nariz, mirando a Soobin suplicante.

Soobin pudo sentir la mirada de la pequeña, pero evitó mirarla. Quería detenerlo, debía detenerlo.

—¡Espera! —Yeonjun lo miró una vez más
—. Vamos por un helado —el papá de SunHee negó—. ¿Por qué no? Me lo debes por ser un padre descuidado y no fijarte que tu hija desapareció de tu lado
—dijo victorioso y con diversión.

—¿Yo soy un mal padre? —Yeonjun estaba molesto.

Contó hasta tres y suspiró, Soobin no sabía sobre esa pequeña así que no le diría nada ni lo haría sospechar.

—Está bien, vamos, pero solo porque cuidaste de mi hija —Soobin sonrió.

Yeonjun le quiso sonreír de vuelta, pero notó que los últimos cinco años había tenido problemas con esa sonrisa.

—Pasen. Esperen un momento, iré a ponerme algo decente y regreso — SunHee festejó mientras entraban a la casa.

Soobin corrió a su habitación, se cambió su playera y sus pantalones de pijama, lavó su rostro y cepilló sus dientes. Miró su hora, todavía era muy temprano, se preguntaba si la pequeña iría a la escuela.

Salió de su habitación y les sonrió a los dos pares de ojos que lo observaban con una sonrisa boba, al menos uno más que otro. Soobin tomó su cartera y sus llaves.

—Vamos —SunHee tomó la mano de Soobin y la de Yeonjun en cuanto salieron.

Yeonjun miró a Soobin pidiéndole disculpas por el comportamiento de la pequeña, Soobin le sonrió en respuesta y después de ello caminaron hasta un restaurante familiar cerca de la casa de Soobin.

—Me imagino que no han desayunado.

—Así es... Hoy salimos desde temprano y no tuvimos tiempo para probar bocado
—Yeonjun suspiró, tomando lugar en una mesa con Soobin y SunHee.

—Te miras muy cansado ¿Cómo te ha tratado la vida? —el menor chasqueó la lengua, mirando a su pequeña que no dejaba de admirar a Soobin con ojitos brillosos y una perfecta sonrisa.

—Soy padre soltero, trabajo hasta tarde para mantener a mi hija, a veces no sé si es de día o si es de noche, mi madre cuida de ella todas las veces que necesito salir de Seúl y a veces en serio siento que me ahogo —Soobin miró a la pequeña que le había puesto una pegatina de corazón en su mano.

—¿Y su padre? —Soobin notó que Yeonjun palideció y supo que había llegado demasiado lejos—. Lo siento, perdona si te incomodé —Yeonjun asintió y guardó silenció mientras admiraba a Soobin y a SunHee con una sonrisa.

Un mesero llegó para recibir sus pedidos y luego se retiró, dejando a los tres nuevamente en silencio, pero Soobin se apresuró a hablar.

—¿Qué haces con mi mano? —la pequeña dejó de mirar sus pegatinas y miró a Soobin con una sonrisa traviesa al ser descubierta.

Soobin se sintió cálido, sonrió mientras los ojitos de la pequeña se hacían un poco más pequeños por su sonrisa.

—Está bien, puedes seguir, pero después quiero que mi mano esté limpia, sin ninouna negatina en ella —Sun Hee asintió mientras buscaba más pegatinas de corazones—. Sabes, ella me dijo que soy su padre... En serio no sé qué haya pasado con su padre, pero la niña está confundida —Yeonjun tragó duro.

—Esto es complicado... —apartó la mirada y tiró su cabello hacia atrás.

—Dijo mi nombre sin saberlo, sin que yo se lo hubiera dicho —Yeonjun lo volvió a mirar.