TRES

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—Gracias por traernos Soobin, no era necesario, pero gracias —Yeonjun le sonrió.

—No me agradezcas, fue un placer pasar la mañana y la tarde con ustedes.

SunHee lo abrazó de sus piernas y Soobin se agachó a su altura.

—Nos vemos pronto, pequeña —acarició sus cabellos. SunHee arrugó la nariz con un puchero.

—No soy tan pequeña, tengo cinco años
—le sacó la lengua.

—Yo también te extrañaré —sonrió ignorando el gesto lindo de la pequeña.

—¿Papi, nos volveremos a ver? —preguntó triste. Yeonjun miró la escena en silencio.

—Claro que sí —dijo, dándole una rápida mirada a Yeonjun.

SunHee sonrió mostrando sus encías, pronto se lanzó a los brazos de Soobin donde enredó sus manitas por su cuello.
Yeonjun quiso llorar al notar lo parecidos que eran. No sabía cómo Soobin no se daba cuenta de la verdad, pero prefería guardarla, él no conocía del todo a Soobin y no sabía qué tipo de hombre podía ser.

Parte de su historia fue real, se acostó con un hombre al que no conocía, era un completo desconocido. Los dos no estaban en sus cinco sentidos debido al alcohol, así que a ninguno le importó si no se conocían, o si se volverían a ver, solo siguieron el deseo y la lujuria.

—Nos vemos pronto, Yeonjun.
—Adiós, Soobin —Yeonjun y SunHee esperaron a que Soobin desapareciera de sus vistas para entrar en casa.

Yeonjun miró a SunHee esperando una respuesta. Ella bajó la cabeza sobando uno de sus brazos mientras que con uno de sus pies hacía círculos en el suelo.

—¿Por qué fuiste a buscarlo?

—Solo quería ver a mi papi —la pequeña
hizo puchero.

—SunHee, sabías que no era el momento, te prometí que lo conocerías solo debías esperar un poco más.
Además, todavía eres pequeña, te pudiste haber perdido o te pudieron haber hecho daño, ¿Estabas consciente de eso? —la pequeña ya estaba mordiendo su labio inferior mientras mantenía su cabeza gacha al escuchar el regaño de su padre—. Hija, te amo mucho ¿Entiendes cómo me sentí al despertar y que no estuvieras en casa?

Yeonjun comenzó a llorar ante el dolor en su pecho, se imaginó una escena donde su hija no se hubiera encontrado con Soobin y por el contrario se hubiera encontrado con personas malas. Intensivamente comenzó a llorar.

—Lo siento, papi Yeonjun.

—Quiero que me expliques cómo es que lo encontraste y también quiero que me expliques de dónde sacaste todos tus papeles.

—Le pedí ayuda a la gente y los papeles los tomé de tú habitación —contestó sin borrar el puchero en sus labios. Yeonjun cerró sus ojos con fuerza, sabía que no debía dejarlos a la vista.

—Amor, te pudiste perder, si tanto lo querías conocer me lo podías decir y yo te llevaba con él.

Sí, Yeonjun sabía dónde vivía Soobin, cuando la pequeña comenzó a insistir por su padre, no tuvo más opción que buscar información sobre él para mantenerla tranquila.

—Se que eres muy inteligente, pero no lo vuelvas a hacer ¿De acuerdo? Si quieres ir con papá me lo tienes que decir primero, no te puedes ir de casa solo porque sí, eres pequeña, todavía no sabes leer del todo, pudiste perderte —la miraba serio, pero sin llegar a verse enfadado, era más para hacerla entender, que hacerla llorar o temer.
SunHee se lanzó a sus brazos arrepentida ante el dolor en las palabras y mirada de su padre.

—Solo quiero que papi Soobin me quiera y se quede con nosotros —dijo.
Yeonjun suspiró mientras besaba el cabello de su pequeña.

—¿Me puedes prometer algo? —preguntó. Ella asintió rápidamente—.
No le digas a Soobin que es tu padre
¿Puedes hacer eso por mí?

—¿Por qué?

—Todavía es muy pronto, él puede pensar que solo quiero su dinero y se alejaría de nosotros. No es fácil hablar de este tema, por eso necesito que guardes el secreto —la miró. Ella asintió rápidamente.

—Está bien... ¿Pero puedo seguir
llamándole papi?

—Claro, para que se acostumbre —contestó sonriente. SunHee se rio alegre, lanzándose a los brazos de su padre.

Los dos estaban felices. Yeonjun se sintió tan embobado con Soobin que le gustaría volver a pasar más tiempo con él, y SunHee estaba feliz porque al fin pudo pasar tiempo con su padre. Y eso estaba bien ¿No? Al fin y al cabo, eran familia.

Papi | ˢᵒᵒʲᵘⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora