Familia [Afterdeath]

Capítulo 8

Feliz San Valentín atrasado (⁠；⁠^⁠ω⁠^⁠）

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Geno poco a poco empezaba a tener más síntomas que le hacían imposible olvidar su estado actual, su alma pesaba, su cuerpo se cansaba con mayor frecuencia, se mareaba al estar demasiado tiempo de pié y aquellas extrañas reacciones estaban siendo vistas con sospecha por sus más cercanos.

Quién primero hizo cuentas de ello fué irónicamente él mismo y sans ya tenía un plan para intentar, aunque sea un poco, hacerlo hablar.

Una caminata tranquila en un parque parecía el momento ideal para entablar conversación, el tiempo les favorecía con un tibio otoño asomándose prontamente por lo que sería la excusa perfecta para estar a solas.

-Eh, sé que siempre fuimos unos huesos flojos, pero a veces es bueno ir a mover el esqueleto... Aunque no es como si tuviéramos "músculos" que ejercitar.-

Geno iba a su lado, el ambiente era apasible por la misma postura relajada tan habitual en ambos personajes, sin embargo la duda en su pecho bloqueaba el disfrutar en su totalidad de la maravillosa y cálida brisa recorriendo sus huesos, ésa sensación de falsa parsimonia se le hacía tan conocida y por ende empezaba a transformarse en preocupación.

-sans... ¿Qué pasa?-

Susurró mirándole de reojo, su acompañante se vió sorprendido por unos segundos, sin embargo, se rindió rápidamente, negando con la cabeza, disminuyendo el paso que llevaban.

-Supongo que no puedo engañarme a mí mismo, ¿Verdad?.-

La curiosidad de geno aumentaba, les había estado ocultando tantas cosas, que ya no sabría discernir desde qué punto lo atacarían. Simplemente sonrió con levedad, aparentar naturalidad era lo único que se le ocurría hacer.

-Bueno, debe ser un tema serio si siquiera invitaste a Papyrus.-

-Eh... Sí, nunca nos gustó traerlo a situaciones difíciles.-

Para muchos, será extraño el hecho de que sans lo tratara cómo si fueran la misma persona, pero plasmar aquella realidad en palabras era un vago intento de cercanía, de intentar comprender al otro.

Geno no podía evitar compararlo con la situación opuesta, su relación con la muerte, que en cierto sentido, también era él mismo (aunque la idea le revolviera el estómago), aquellas diferencias, aquella fuerza que él no tenía, su estúpida picardía al hablarle, ¿Puede que con el mero hecho de tener diferentes vivencias lo volvió un monstruo totalmente diferente a él?.

-Papyrus y yo hemos estado hablando de tí, al parecer tú salud no a estado del todo bien, digo, es comprensible, eres literalmente alguien que volvió de la muerte, pero... Queremos saber más de tí y si es que podemos hacer algo por ello.-

Tal vez... Al ser la misma persona, sans lo entendería, comprendería sus vivencias y tal vez empatizaría con él.

-si es que podemos ahorrarte dolor innecesario, queremos hacerlo... Hermano.-

Una palmada fraternal dió por terminada la reflexión de sans, sin embargo, siquiera procesar todo lo que había estado pasando atascó cualquier palabra en la garganta del de bufanda rojo, había pasado por tanto que solo deseaba con todas sus fuerzas abrazar un poco más la normalidad que forzosamente tuvo que construirse para sí mismo.
No era cualquier simple situación de hermanos, ¿Cómo explicaría los universos alternativos? Más aún, ¿Cómo le diría sobre la existencia de otros sans? Y lo que hizo con ése otro en particular, la respuesta para este punto era más que obvia.

-Gracias por preocuparte sans, aunque creo que tal vez sólo es éso, estuve muerto demasiado tiempo y mi cuerpo debe acostumbrarse a "vivir" otra vez.-

Es encogió de hombros, soltando una risa plástica, ligeramente incómoda, sus pasos habían vuelto a ser más acelerados, como si quisiera terminar ya con aquel recorrido, sabiendo de alguna forma que sans iba a insistir.

Sin embargo, la vista de algo extrañamente familiar, aminoró poco a poco su andar, entre la vegetación tan verde y llena de vida un camino marrón y marchito se extendía, perdiéndose en la arboleda, el recorrido mortuorio era demasiado perfecto, como si alguien hubiera pasado por ahí, esparciendo veneno a su paso, un veneno del cual geno conocía muy bien. Su alma dió un vuelco, ¿Acaso él estaba ahí ? ¿Qué quería?, justo en un momento tan crítico como ése en vez de ignorarlo, se vió sorprendido con su propia incapacidad para continuar su caminata con normalidad.

-¿Geno? ¿Qué pasa? Llevas mucho tiempo de pié.-

De pronto su vista se despegó de aquél fenómeno, ya sin poder negarse a sus impulsos, necesitaba saber qué pasaba y ése deseo fué tan fuerte que no dudó en buscar una excusa para que su acompañante le dejara algo de espacio.

-Ehhh... Sí, es que estoy muy cansado de ésta caminata y no puedo más... Me siento mareado, ¿Podrías traerme algo de agua?.-

Su esqueleto acompañante lo miró extrañado, pero al escuchar sobre el mareo su preocupación fué más grande, después de todo, también podía ser que su extraña actitud sea debido a una enfermedad.

-Realmente no estás en tu mejor forma, ¿Eh?.-

Aconsejandole recargarse en algún árbol, el sans clásico se apartó caminando sin más, ya que no muy lejos de ahí había un dispensador de bebidas, lo que le daría el suficiente tiempo a geno para ir a inspeccionar.

Sus pies se movieron solos, atraídos por un impulso sobrenatural y una ansiedad creciente que sólo hacía el recorrido grisáceo más desesperante, sin embargo, verlo ahí, como siempre, la capucha negra cubriéndolo, en un alo mortuorio, el Reaper que conoció fuera del oscuro agujero, iluminado por aquella mañana cálida, con el cuerpo sobre una roca, jugueteando con una marchita florecita entre sus manos, era algo que no estaba preparado a encontrarse y tal vez, nunca lo estaría.

Tuvo el primer impulso, la emoción, la sensación de querer lanzarse a sus brazos o tal vez de lanzarle una bofetada, de inmediato tensó el cuerpo, esperando el momento en que su voz volvió a obedecerle

-¿Por qué estás aquí?.-

-vaya Genito ¿Por qué tan directo? ¿Acaso no tienes un minuto para danzar con la muerte?-

Geno cerró la boca abruptamente, ¿Qué era lo que Reaper sabía? nunca había considerado la posibilidad de contarle lo que estaba ocurriendo.