SUMMARY: Natanael siendo pegajoso y cariñoso AUTHOR: damiansgoodgirll Adapted by: -belleirene
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— Natanael, por favor... tengo que hacer muchas cosas hoy— dijiste tratando de levantarte de la cama, pero las manos de Nata no saldrían de tu cuerpo.
— No...— murmuró en tu cuello.
—Amorr...—casi le suplicas.
— Cinco minutos más, por favor... entonces te dejaré ir— susurró medio dormido y sabías que no podías decir que no a eso.
— Está bien... solo cinco minutos más...— y, por supuesto, cinco minutos más se convirtieron en una hora cuando te quedaste dormido una vez más. Casi terminaste durmiendo toda la mañana y cuando te despertaste de nuevo casi tuviste un ataque al corazón al ver lo tarde que era.
Alejaste violentamente el cuerpo de Nata del tuyo y te levantaste.
Escuchaste a Nata gimiendo, pero no te importó.
La casa era un desastre, ya que tú y el acababan de regresar de un fin de semana en Londres y dejaste tus maletas por toda la sala de estar. Necesitabas comprar algo de comida porque solo te quedaban unas pocas cosas, tenías que ir a la oficina de correos para enviar algunos paquetes y necesitabas limpiar un poco la casa y, por supuesto, despertarte casi a la hora del almuerzo no te facilitaba hacer todo eso.
— Vuelve a la cama...— Nata abrió ligeramente los ojos cuando escuchó ruidos que venían del baño.
—¡No! Ahora te levantas y me ayudas con la casa... en primer lugar, saca tu equipaje de la sala de estar porque tengo que limpiar el piso —dijiste al salir del baño.
— Más tarde... estoy cansado... y deberías volver a la cama conmigo, quiero acurrucarte— te dio su mirada de cachorro y casi vuelves a la cama, casi.
Nata también se levantó cuando te vio salir del dormitorio y te siguió como un cachorro. Movió su equipaje de vuelta al dormitorio, pero se quedó contigo todo el tiempo que limpiaste el suelo, observó cada movimiento que hacías.
Observó cómo desempacabas tu ropa y la ponías en la lavadora. No se fue de tu lado cuando estabas cocinando el almuerzo para los dos e incluso te ayudó a poner la mesa.
Pero una vez que terminó, sus manos regresaron a tu cintura mientras colocaba su cabeza en la curva de tu cuello.
— Que pasa?!...—
— Hueles bien — dijo, dejándote un suave beso en el cuello.
— No... probablemente sea la comida— bromeaste.
Ambos comieron juntos, pero en el momento en que se pusieron de pie para limpiar los platos, Nata lo hizo primero y corrió hacia el fregadero.
— Sabes que no es un desafío, ¿verdad?...— te burlaste de él.
— Lo sé, pero cuando los platos estén listos, podemos acurrucarnos en el sofá, así que quiero hacerlos rápidamente...— dijo, dándote los ojos de cachorro una vez más.
— Tenemos que ir a comprar algo de comida al mercado— le dijiste, pero él dijo que no.
— Podemos ir mañana y salir esta noche... por favor — te rogó.
Así que cuando se terminaron los platos, El prácticamente te agarró y te tiró al sofá.
— Abrázame, por favor...— susurró mientras ponía su cabeza sobre tu estómago. No era muy frecuente que Nata fuera pegajoso así, pero todo lo que buscaba tu calor no podía evitar derretirte.
