18. Señor, Si Señor

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Love se acercó a ella para besarla, pero Milk se alejó dejando a la pelirroja confundida - ¿Meww?

- Ya puedes ir a buscar a cualquier otra para besar tranquila – dijo Milk caminando hacia el coche. Caminó unos metros y se dio vuelta para agregar- Cuando termines solo tienes que silbar porque yo ya te pertenezco. Puedes hacer lo que quieras conmigo me tienes en la palma de tu mano – siguió caminando.

Love se apuró para alcanzar a la pelinegra – ven acá idiota – le dijo cariñosamente mientras agarraba su brazo para traerla hacia ella – yo sólo beso a jugadoras de básquet, pelinegras, altas y con un ego enorme – jugaba la diseñadora

- Yo soy pelinegra – dijo Milk y Love asintió.

- Juego al básquet –afirmo la deportista

- Y muy bien dicen – agrego la diseñadora haciendo sonreír a la otra chica.

- Y también soy alta – se media con su mano

- No es que tenga un problema con eso – de paso Love aclaraba.

- Mmmm, pero me falta el ego, bueno supongo que será alguna otra – Milk se encogió de hombros – Nos vemos luego entonces – trató de irse y digo trató porque al primer paso que intentó dar, Love la rodeo con sus brazos nuevamente.

Se miraron, se sonrieron, se miraron, se sonrieron... se besaron. A diferencia de los anteriores besos, este no lo inició ninguna, fue sincronizado, mutuo, fue... fue perfecto, tan perfecto que quien hubiera pasado en ese momento por ese lugar no hubiera visto dos personas besándose, hubiera visto una sola figura, no había espacio que las separará.

LLEGANDO AL DEPARTAMENTO DE LOVE

Milk y Love iban de la mano caminando por el pasillo que terminaba en el departamento de la pelirroja.

- ¿Está mal que aún no nos hayamos despedido y yo ya este te extrañando? – le preguntó la pelinegra su acompañante.

- ¿No vas a entrar conmigo? – preguntó en un tono decepcionada Love agachando su cabeza

- Love... mírame por favor – la pelirroja alzó sus ojos – ¿tú sabes que va a pasar si yo entro cierto? – preguntó Milk dando por hecho la respuesta de, la pronto por ser, su chica.

- Lo sé... – afirmó- pero es que la noche fue muy corta y mañana sales para Indiana y... y no quiero que te vayas ¿no puedo atarte a la pata de mi cama siquiera? – bromeó la diseñadora

- Mmm, depende... ¿si me tiro al piso y giro sobre mí misma me rascarías mi pancita? – Milk siguió el jueguito del perro. Levantó sus manos sacó su lengua e imitó a un perro jadeando.

- Por supuesto que sí. Y si me miras con tus ojitos de perro mojado te rasco detrás de la oreja – Love alzaba su mano y rascaba a la pelinegra en el lugar mencionado haciendo reír a la otra mujer – Gracias... gracias por esta noche – termino el juego Love mirando a su pelinegra a los ojos – Gracias por todo en realidad – acarició el brazo tatuado que se había convertido en la nueva obsesión de la diseñadora

- Si alguien tiene que agradecer soy yo a ti, por aceptar salir conmigo- Love tomó la mano de la otra chica y la beso - Love... tú... yo...

- Ey – la pelirroja tranquilizaba a Milk – estoy aquí ¿sí? Dime.

Milk suspiro – ¿podemos desayunar juntas mañana, es decir tú, Pat y yo? No quiero que tomes esto como una presión ni nada sólo que como me voy por unos días quería ver a Pat antes y...

- Meww, Milk para – puso un dedo en su boca - Por supuesto que quiero. Además, a tu hija le va a encantar verte antes de que te vayas – dijo imaginando la cara de la niña.

Cuando, Dónde  y Cómo el Amor quieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora