—¿Que te parece?que guardadito tenia a los hijos el viejo Almonte¿Verdad?—comento su tía Carlota,ya todos se habían ido,solo quedaban su madre,su tía y el que se encontraba más entretenido recordando como Hanna le había sonreído.
—Carlota Por qué no vas a visitar a las Domínguez y...no se trata de investigar algo de Alejandro y Hanna.
Eso llamo la atención de dimitrio,se volteo interesado.
—Tienes razón,si Alejandro es soltero a lo mejor Monserrat se anima a tratarlo un poco¿Verdad?—graciela asíntio—y también con la muchacha Hanna —miro a Dimitrio —se nota que se llevan bien.
—Si,si pero no le digas muchacha—nego con desagrado—Asi solo se les dice a las chachas—sonrio hacia la nada—y Hanna es una princesa.
Dimitrio suspiro enamorado dándole la razón a su madre silenciosamente,Graciela alzó una ceja al mismo tiempo que una sonrisa de superioridad adornaba su rostro.
—Y tu Dimitrio —lo apunto con su uña postiza —La vas a tratar como tal ¿Entendido?
Dimitrio la miró confundido hasta que su expresión cambió,se levantó a la defensiva mirando retante a su madre.
—No estaré con ella por dinero,madre—Graciela rodo los ojos y negó repetidas veces.
—Tampoco planeaba que lo hicieras,mientras estés con ella—se acercó a el—Me daré por buen servida....del dinero,de eso se preocupara Monserrat.
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Hanna camino por la calle empedrada,disfrutando del sol de tarde,se sentó en el pasto cerca de un árbol.
Varias hojas y tierra cayeron en su helado,frunció el ceño y miro hacia arriba molesta.
—A menos que tengas complejo de chango no veo otra razón por la que estés ahí —lo miró molesta y señaló su helado—Por tu culpa se arruinó.
El hombre la miró ladeando la cabeza con diversión,se bajó del árbol haciendo caer varias hojas en la cabeza de la rubia, Hanna lo miro aún más molesta ante eso.
Sus ojos se encontraron,José Luis se sintió hipnotizado por un momento,los ojos se aquella chica lo dejaron encantado,más de lo que debería.
—Lo siento,señorita—se disculpo educadamente,Hanna alzó una ceja ante la voz tan formal y sería del hombre.
—No te preocupes —Boto el helado y lo miro de nuevo con curiosidad —¿Eres de la marina?Actúas raro.
