𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 11

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Hanna y Alejandro no tardaron mucho en recuperarse de los efectos del alcohol,ambos se miraron y sonrieron mutuamente antes de seguir en lo suyo manteniendo una conversación tranquila mientras trabajaban.

—Señor y señorita Almonte,el señor Gamboa los espera en la sala—aviso.

Ambos salimos del despacho, Gamboa yacía en la sala de pie, notablemente nervioso.

—Buenos días —saludo Alejandro,me mantuve al margen atrás de el.

—Alejandro buenos días —me miró —hanna.

—Al punto, Gamboa.

Me miró y Titubeó al hablar.

—Los libros de contabilidad de la fábrica que usted me pidió están...bueno más bien no están al corriente—termino por decir con una sonrisa mas falsa que Alejandro diciendo que ya no era virgen.

—Y me va a llevar un poco de tiempo entregárselos como ustedes se merecen,sin embargo pregunten—alzo las manos—diganme que es lo que ustedes quieren saber,yo conozco todo de la fábrica —señalo su cabeza—todo está aquí.

—Estoy seguro que todo lo tiene ahi—sonrio Alejandro falsamente—pero ahí no me sirve de nada,queremos ver esos libros.

Alejandro borro su sonrisa y miro a Gamboa con seriedad,en lo personal el tema de los libros ya me tenía cansada,estaba pensando en despedir Gamboa si no los entregaba a tiempo.

—Es que le acabo de decir que no están al corriente —recordo conteniendo su ira.

—No importa,vaya por ellos.

—O si prefiere yo puedo ir a buscarlos a su oficina —intervine de brazos cruzados.

—No,no por supuesto que no—me miró sobresaltado.

El tenso momento fue interrumpido por el timbre de la puerta,margarita la abrió y entro quien menos esperaba.

—Dile al señor Almonte que estoy aqui—ordeno Graciela.

Me acerque rápidamente a ella,una sonrisa fue visible en el rostro de ambas ,quise abrazarla sin embargo me retuve a mi misma sabiendo a Graciela no le agradaban del todo los abrazos o el contacto físico.

—Me da gusto verte,hanita.

—Igualmente,Grace.

—Tengo que hablar con tu hermano ahora pero luego me pondré al corriente contigo—murmuro cerca de mi oreja.

—Cuando usted quiera,señora.

Alejandro se interpuso entre ambas,poniendo a Hanna detrás de el y mirando con seriedad a la mujer que había sido amante de su padre por varios años.

—Hanna¿No querías ir a nadar a la playa?—pregunto sin apartar su mirada de Graciela.

—¿Yo?Pero yo no sé nadar—lo miro confundida.

Alejandro miró a su hermana con los ojos entrecerrados moviendo sus cejas en dirección a la puerta,Hanna se quedó mirándolo sin comprender.

𝑆𝐾𝑌𝐹𝐴𝐿𝐿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora