Ojitosᡣ𐭩

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ʜɪᴅᴅᴇɴ

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ʜɪᴅᴅᴇɴ

La oficina médica era un hervidero de actividad,Los soldados heridos que regresaban de la última misión contra Vladimir Makarov, un peligroso narcotraficante, llegaban en oleadas, y ___ apenas tenía tiempo para respirar

Las camillas alineadas a lo largo de la sala estaban ocupadas por hombres que habían dado todo en el campo de batalla, algunos con heridas graves, otros con contusiones y quemaduras que requerían atención inmediata

El aire estaba impregnado del olor a desinfectante y sudor, y los gemidos de dolor llenaban la sala mientras ___ y el resto del personal médico se apresuraban a estabilizar a los heridos

Las manos de ___ se movían con precisión y rapidez, limpiando cortes, suturando heridas y administrando analgésicos a los soldados que lo necesitaban. Llevaba ya casi cuatro horas sin descanso, pero la adrenalina mantenía su mente enfocada

Aunque su cuerpo empezaba a resentir el esfuerzo, la responsabilidad de cuidar a estos hombres la impulsaba a seguir adelante

De repente, sintió una presencia a su lado, una sombra alta que la cubría parcialmente. Levantó la vista y vio a un hombre alto y musculoso, vestido con el uniforme militar. Sus ojos apenas podían distinguir su rostro, parcialmente oculto por un par de gafas oscuras. En su mano, sostenía una botella de agua fría

—Parece que podrías necesitar esto —dijo el hombre, ofreciéndole la botella

___ la aceptó con una pequeña sonrisa de agradecimiento, la frescura del agua era un alivio para su garganta seca

Mientras bebía, notó algo extraño en el hombre,Había una ligera tensión en su rostro, una contracción involuntaria en su ojo derecho, que parecía estar soltando pequeñas lágrimas, como si algo lo molestara

—Gracias —respondió ella, devolviéndole la botella—¿Estás bien? ¿Te molesta el ojo?

El hombre negó con la cabeza, casi con impaciencia, y dio un paso atrás

—No es nada Estoy bien —insistió, su voz firme, pero había algo en su tono que no convenció a ___

—Déjame ver —pidió ella, acercándose—Podrías tener una irritación o algo atascado

El hombre se quedó en silencio por un momento, como si estuviera evaluando si debía permitirlo

Finalmente, suspiró y se quitó las gafas oscuras, revelando unos ojos de un color miel profundo, tan brillantes que ___ quedó momentáneamente hipnotizada,Era como si todo el ruido de la sala desapareciera, y solo quedara ella, el hombre frente a ella, y esos ojos que la observaban con una intensidad que le robaba el aliento

—¿Está bien? —preguntó él, con una media sonrisa, consciente del efecto que tenía en ella

___ se obligó a apartar la mirada, enfocándose en examinar su ojo derecho. Había una pequeña irritación, probablemente causada por el polvo o la arena del campo de batalla. Con manos seguras, sacó una pequeña solución salina de su equipo y la aplicó suavemente, enjuagando el ojo

—Listo,Debería sentirte mejor en unos minutos —dijo ella, retrocediendo para darle espacio

El hombre parpadeó un par de veces, sus ojos miel capturando la luz mientras sonreía, revelando una fila de dientes blancos y perfectos

—Gracias, enfermera. Eres muy amable —dijo, inclinando ligeramente la cabeza en señal de gratitud

Ella sintió un leve calor subir a sus mejillas. No estaba acostumbrada a recibir ese tipo de atención de los soldados, especialmente en medio de una situación tan caótica

—Solo hago mi trabajo —respondió, con una sonrisa tímida, mientras el hombre se ponía las gafas de nuevo,se colocaba su pasamontañas de nuevo y se preparaba para marcharse

Antes de que él pudiera alejarse, Alfred, uno de los compañeros de ___, se acercó con una expresión traviesa en el rostro. Era un hombre de complexión delgada, con una actitud relajada y un sentido del humor que siempre lograba hacerla sonreír

—Parece que has hecho una buena impresión —comentó Alfred, mirando al soldado que se alejaba antes de volver su atención a ___—No es común que esos tipos se quiten las gafas para alguien y mucho menos el pasa montañas para alguien

___ frunció el ceño, tratando de disimular el sonrojo que aún teñía sus mejillas

—No es nada, solo le estaba ayudando con una pequeña irritación en el ojo —respondió, quitándole importancia y haciendo un ademan con la mano

—Claro, claro —respondió Alfred, levantando las manos en señal de rendición, pero su sonrisa burlona decía lo contrario—Pero no me digas que no viste cómo te miraba

___ no respondió, limitándose a negar con la cabeza, aunque no podía evitar que un pequeño destello de satisfacción se instalara en su pecho. Aun así, se dio la vuelta y se concentró en su trabajo, tratando de ignorar las bromas de Alfreda

El resto del día transcurrió en una serie de tareas sin fin, atendiendo a los heridos y asegurándose de que todos recibieran el tratamiento necesario

Para cuando todo terminó, el agotamiento pesaba sobre sus hombros como una losa. Sin embargo, a pesar del cansancio físico, su mente seguía reproduciendo la imagen de aquellos ojos miel y la forma en que la habían mirado

Al finalizar su turno, ___ se dirigió a su habitación. Era pequeña, pero acogedora, con una cama estrecha, un escritorio y una pequeña ventana que daba al exterior, donde apenas se vislumbraban las luces de la base militar. Se dejó caer sobre la cama con un suspiro de alivio, cerrando los ojos mientras dejaba que la quietud del momento la envolviera

Sin embargo, su mente seguía demasiado activa para permitirle dormir. Los eventos del día seguían rondando en su cabeza, en particular ese encuentro inesperado con el misterioso soldado. Sin poder evitarlo, su mano se deslizó hacia la mesita de noche, donde tenía guardado un pequeño porro de cannabis, un recurso que usaba para calmar sus nervios y ayudarla a relajarse después de días especialmente difíciles

Encendió el porro y dio una calada profunda, sintiendo cómo el humo llenaba sus pulmones y luego se disipaba lentamente. El efecto fue casi inmediato, una sensación de calma que se extendió por todo su cuerpo, relajando sus músculos tensos y haciendo que sus pensamientos comenzaran a desvanecerse en la nebulosa del sueño

Mientras se acurrucaba bajo las sábanas, la imagen de esos ojos miel apareció una vez más en su mente. Pero esta vez, en lugar de sentirse inquieta, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios. Había algo intrigante en aquel hombre, algo que no podía quitarse de la cabeza

El cansancio y la tranquilidad inducida por el cannabis hicieron que sus párpados se volvieran pesados, y pronto cayó en un sueño profundo, con la imagen de esos ojos brillando en la oscuridad de sus sueños, como un faro que la guiaba a través de las sombras

El primer día de lo que sería una relación llena de secretos y revelaciones había comenzado de manera inocente, pero ___ no tenía idea de cuán complicado se volvería todo en los días por venir

El primer día de lo que sería una relación llena de secretos y revelaciones había comenzado de manera inocente, pero ___ no tenía idea de cuán complicado se volvería todo en los días por venir

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Hidden|BarrageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora