En una remota base militar, ___ es una enfermera dedicada que, día tras día, cuida de los soldados heridos en combate. Su vida transcurre tranquila y rutinaria, hasta que conoce a Barrage, un soldado de alto rango cuya presencia imponente y carisma...
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ʜɪᴅᴅᴇɴ
Barrage estaba sentado en su escritorio, revisando papeles sin ningún interés real, cuando su teléfono sonó La pantalla mostraba el nombre que menos quería ver: "Stefanny" Había estado evitándola todo el día, intentando concentrarse en su trabajo, pero ella era persistente. Con un suspiro de resignación, contestó
— ¿Qué quieres, Stefanny? —preguntó, dejando claro su tono de molestia
Al otro lado de la línea, su esposa soltó un suspiro irritado
— No me hablas en todo el día y así es como empiezas la conversación —respondió Stefanny, claramente molesta Antes de que Barrage pudiera decir algo más, ella continuó—Quiero que salgamos a cenar esta noche. Nunca estás en casa, y no recuerdas cuándo fue la última vez que pasamos tiempo juntos
Barrage apretó la mandíbula. Lo último que quería era pasar su noche con Stefanny, pero sabía que si se negaba, ella no le daría paz en semanas
— Está bien —dijo finalmente, sin poder ocultar su fastidio— ¿A qué hora?
Stefanny sonrió, como si su tono no le importara en absoluto. — A las 8 Ve a casa a buscarme. Y vístete bien, Barrage. Vamos a un restaurante de lujo
Él apenas respondió con un gruñido antes de colgar el teléfono
A las 8 en punto, Barrage llegó a su casa, todavía en su uniforme de la base. Estaba cansado, física y mentalmente. A pesar de todo, se cambió a algo más formal: una camisa blanca con un traje oscuro
Cuando bajó las escaleras, Stefanny lo estaba esperando en el vestíbulo
Stefanny era una mujer anticuada, tanto en estilo como en pensamiento. A pesar de tener apenas treinta y pocos años, parecía vivir atrapada en una década pasada. Llevaba un vestido de terciopelo verde oscuro que parecía sacado de algún catálogo antiguo, con demasiados adornos innecesarios. Sus joyas eran pesadas y brillaban de manera ostentosa, como si estuviera intentando impresionar a cualquiera que la viera, pero solo lograba parecer desfasada. Su cabello, teñido de un rubio platinado artificial, estaba peinado en ondas rígidas, y sus labios estaban pintados de un rojo chillón
Cuando lo vio bajar, lo observó con desaprobación
— Tardaste mucho —dijo, frunciendo el ceño—Vamos, o llegaremos tarde
Barrage no respondió y simplemente abrió la puerta para que ella saliera. Tomaron su coche y se dirigieron al restaurante más caro de la ciudad. Todo el camino, Stefanny hablaba sin parar, quejándose de cosas triviales: las amigas que tenía, el vecino que no cortaba su césped, las ventas en las tiendas que no eran tan buenas como antes
Barrage apenas la escuchaba. Su mente estaba en otro lugar, vagando por la base, en su rutina diaria... y, aunque no quería admitirlo, en ____. Algo en ella lo mantenía intrigado, algo que nunca había sentido con Stefanny
