¡Beta está siendo perseguida por el tirano Alfa!

Capitulo 8

-Oh, qué lástima... Nos encontró -murmuró Saionji y soltó la mano que me sujetaba. Sonrió con voz arrepentida.

-¡Muévete, Saionji! ¡No toques a Alice!

-gritó Mizuki enfadada y se acercó a él para deshacerse de él, pero Saionji rápidamente se dio la vuelta y se levantó de la cama antes de que Mizuki pudiera hacer algo.

-Mi-Mizuki-Mizuki

frunció el ceño y le temblaron las sienes. Estaba tan enojado que yo, la víctima, me encogí de miedo. Mizuki estaba furioso.

«Nunca había visto a Mizuki así, pensé con miedo.

-Aún estás muy apegada a él Lo siento por Alice, aunque tengas una prometida la incitó Saionji

-¡Callate! ¡No le digas eso a Alice, no es asunto suyo! -dijo Mizuki mientras miraba fijamente a Saionji-Oh, Dios mío -murmuró Saionji y se encogió de hombros sin remordimiento.

No es asunto mío... ¿no?

Parece que soy sensible a la frase "prometida".

-Está bien, está bien. Nos vemos luego, Beta Alice-kun. -Después de decir eso, Saionji se fue con una sonrisa en su rostro. Me sorprendió mi falta de habilidad para ver a través de las personas, porque había pensado que él era amable y la persona más decente que había conocido.

¿Qué diablos significa «Beta Alice?», pensé desconcertado.

No me gustan los apodos atrevidos como "Alpha Alice" o "Omega Alice", y me molesta la forma en que me menosprecia.

Por eso no me gustan los Alfas. No existe ningún Alfa bueno, sin importar quién sea, y me irritan sus prejuicios arraigados.

-Oye -llamó Mizuki-

¿Qué? -respondí mientras veía a Saionji desaparecer frustrado. Vi a Mizuki parada frente a mí, mirándome fijamente.

"Alice, ¿dónde te tocó Saionji?"

¿Dónde? Eso no es asunto tuyo".

Mis pezones, que Saionji había lamido y chupado, estaban asquerosos. Pensé que Mizuki era mejor que eso, pero cuando lo vi en persona, me sentí complicada.

Si lo que decía Saionji es cierto, Mizuki tiene una prometida. Además, se dice que él es su "pareja predestinada". "¡Qué ridículo! ¡Es solo una leyenda urbana!", pensé con cinismo.

-Alice, déjame ver -intentó-

¡No! ¡No quiero! ¡Te odio, Mizuki!

Un fuerte ruido resonó por toda la habitación. Le habia dado una bofetada a Mizuki mientras intentaba escapar de él, mi uniforme estaba desarreglado.

-No, no voy a dejarte ir.

-Al instante, quedé atrapada entre unos brazos gruesos y musculosos y me arrastré de vuelta a la cama.

"Suéltame....¡ Tienes una prometida...! ¡No me necesitas!"

-Te necesito. No necesito una prometida. Alice, no huyas de mí.

¿Qué tan egoísta puede ser? ¿A los Alfas se les permite hacer todo?

-No quiero. ¡Lo que hizo Saionji...! -En cuanto mencioné el nombre de Saionji, la fuerza con la que agarró mi mano se hizo más fuerte.

"¿Qué pasa con Saionji?", pregunté.

Me miró con una expresión terrible y me quedé sin palabras.

¿Por qué tiene que estar tan enojado? No hice nada malo. Estoy tan frustrada que creo que voy a explotar.

-No, no es nada... Pero déjame ir. ¡Me voy!

-No. Haré que te desinfecten antes de que te vayas.

Dicho esto, Mizuki desabrocha todas las camisas desordenadas de Alice y expone la parte superior de su cuerpo. Suavemente, una gran palma caliente acarició mi vientre y pude sentir el dulce aliento de Mizuki.

"Desinfectar... ¿qué es eso...? ¡Ay!"

Mi protuberancia expuesta es succionada y mordida con fuerza.

El es persistente mientras intenta deshacerse del olor y las marcas de Saionji con ruidos de succión.

"¿Qué más...? ¿Dejaste que te tocara ahí abajo también?"

Mientras Mizuki se levanta, de repente aprieta con fuerza su arrugado pene.

"¡Eso duele!

-Alice, aléjate de Saionji. Me perteneces, deberías saberlo. ¿No te importa lo que le pase a Masaya..?

De repente me di cuenta de que me había olvidado de Masaya.

Recordé que Mizuki me había dicho que solo tuviera una conexión física con él para proteger a Masaya. Me había olvidado tanto que quería maldecir mi propio cerebro de pájaro.

"¿Se siente tan bien ser Beta? No te mojas y no tienes calor como un Omega. ¿Qué es lo que te gusta de Mizuki? ¿Es solo satisfacción sexual?"

La curiosa voz de Saionji resonó en mi cabeza mientras recordaba sus palabras.

Me pregunté: "¿Mizuki me está utilizando sólo para su satisfacción sexual?".

Sacudiendo la cabeza, agarré las sábanas y soporté las caricias de Mizuki.

"Es por el bien de Masaya. Tengo que soportarlo", traté de convencerme.

-¡Maldita sea! ¡Te odio, Mizuki...!

"Vaya, eres un tipo duro."

Las mejillas enrojecidas de Mizuki se relajaron mientras disfrutaba de mi sensible reacción.

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