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Maldición

él nos está persiguiendo, está cazándonos a cada uno de nosotros, estamos sufriendo, no podemos escapar, está maldito, no, estamos todos malditos

al abrir los ojos ya no me encontraba en el altar, estaba acostada en una cama, me encontraba en una habitación que nunca antes había visto, tardé unos segundos en recordar lo que había sucedido antes de desmayarme, me habían intentado matar, salí corriendo de la habitación y me di cuenta de que estaba en la misma casa, solo que esta vez estaba en una habitación distinta y parecía que la fiesta ya había terminado, no perdí más el tiempo y bajé las escaleras, me dirigí a la puerta principal y cuando intenté abrirla me di cuenta de que está estaba bloqueada

—¿A dónde crees que vas?—dijo una voz detrás de mí

me giré alarmada visualizando a un chico alto con un distintivo lunar en la nariz el cual se estaba acercando a mi

—aléjate de mí—dije mientras daba pasos hacia atrás hasta que mi espalda chocó con la puerta, estaba aterrorizada

—no tenemos nada personal contra ti, necesitábamos un sacrificio y tú te presentaste en el momento justo—contestó el mientras continuaba acercándose, haciendo caso omiso a mis palabras

—¿Un sacrificio? estáis locos todos vosotros

cuando estuvo lo suficientemente cerca agarro un mechón de mi pelo  y jugó con el mientras se acercaba a mi oído, me quedé inmóvil del miedo

—ahora te voy a pedir amablemente que me acompañes—susurró

—estás demente—digo empujándolo lejos y corriendo en dirección al salón de la casa

—no juegues con mi paciencia, princesa, no te conviene llevarme la contraria

le escuché junto al eco de sus pasos durante mi frenética carrera hasta el final del pasillo en la cual ocasionalmente giraba mi cabeza para comprobar que no esté cerca pero antes de que pudiera volver a mirar al frente choqué contra algo o alguien, estaba a punto de caerme pero me sostuvo por la cintura un chico con un pendiente de cruz

—deberías mirar por donde vas—dijo todavía sosteniéndome por la cintura y mirándome con una sonrisa de medio lado

—suéltame—me libré de su agarre y volví a correr sin rumbo en busca de otra salida, terminé en el pasillo donde había ido al baño en el cual me encontré a dos chicos de pelo negro bloqueando el camino mientras me miraban curiosos

—por aquí no vas a encontrar ninguna salida, muñeca—dijo uno de ellos el cual se mostraba entretenido por la situación

—te ves adorable intentando huir, pero lamento informarte que somos más rápidos que tú—mencionó el otro sonriendo mientras se acercaba a mi

no iba a perder el tiempo respondiéndoles, me di media vuelta y volví a buscar otra salida, si no hay puertas tiene que haber una ventana por la que pueda escapar, decidí ir a la habitación del segundo piso donde conocí a Sunoo porque recuerdo haber visto una ventana ahí y la caída no era lo suficientemente alta como para hacerme algún daño grave, cuando abrí la puerta mis esperanzas por escapar se esfumaron en el momento en que vi a un chico de pelo gris sentado en el marco de la ventana mirando por esta y a Sunoo recostado en la cama mirando su móvil desinteresado

Cursed-EnhypenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora