𝕊𝕥𝕒𝕣𝕕𝕖𝕨 𝕧𝕒𝕝𝕝𝕖𝕪||𝕆𝕟𝕖 𝕤𝕙𝕠𝕥𝕤 ℕ𝕊𝔽𝕎|| 𝔽𝕖𝕞 ℝ𝕖𝕒𝕕𝕖𝕣

🪓||𝐈 𝐭𝐨𝐥𝐝 𝐲𝐨𝐮 𝐬𝐨||𝐑𝐨𝐛𝐢𝐧||

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Nota: La inspiración para este cap es la canción de: "Good luck babe - Chanppell Roan". Hablara de otras cosas aparte del nsfw, así que no desesperen si es medio tardado que aparezca. Gracias por leer.
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Grillos cantando, hojas crujiendo gracias a la brisa nocturna y el sonido chapoteante del lago cerca de su casa, era lo único en lo que Robin podía conectarse mientras se encontraba despierta al lado de su esposo aún dormido junto a ella en la cama. La pelirroja miraba hacia el techo, el tic tac del reloj sobre su mesa de noche no paraba de sonar, una y otra y otra vez. Se sentía tan cansada, lo que era evidente por esas manchas oscuras bajo sus ojos, sin embargo, no podía dormir aunque fuesen las 4 am, era algo que había estado ocurriendo hacia un tiempo, despertaba en medio de la noche, sudando y respirando pesadamente como si despertase de una pesadilla y sintiendo un peso sobre su pecho. Siguió viendo hacia el techo durante casi media hora, paso sus manos sobre su rostro con frustración, viendo algunas cicatrices y rasguños causadas gracias a su trabajo, o mas específicamente, ese día de trabajo...

No quiso pensar mucho en ello, ya tenía suficiente con no poder descansar bien, sin embargo, la madrugada era la hora perfecta para que los recuerdos y arrepentimientos invadan tu cabeza sin previo aviso.
¿Desde cuándo se sentía tan vacía? Sebastián, su querido hijo se había alejado de ella hacia tanto tiempo, ya no convivían o hablaban como antes, ¿Cómo comenzó aquello? Oh, cierto, desde que se casó por segunda vez. No era su culpa, se sentía sola después del fallecimiento del padre de su querido Sebby, Demetrius la hizo sentirse amada de nuevo. Ahora tienen a una hermosa hija, Maru. La ama, aunque... Muchas veces siente que convive con una versión femenina y más joven de su esposo que con una hija. No importa, Robin es feliz, ¿no?

En estos últimos años su vida se ha resumido en trabajo, convivencia familiar por la cual casi ha tenido que rogar y discusiones con su esposo por saber quién tiene la razón. No le gusta, le entristece, sin embargo, esa es su vida, debería estar agradecida. Su esposo la ama, aunque haya hecho a un lado a su hijo, el la ama aunque tenga una clara preferencia hacia Maru, el la ama aunque siempre quiera tener la razón en todo, el la ama aunque siempre que ella no esté de acuerdo con el ella será la estúpida, el la ama, y ella a el también, ¿cierto?

Sus únicos respiros son los martes de ejercicio en casa de Caroline y las noches de viernes, dónde finalmente no tiene que preocuparse por nada, solo dejarse llevar, entrelazar sus manos con las de su esposo y bailar, bailar al ritmo de la música que Gus pone cada viernes en esa vieja rocola. Sin peleas, sin discusiones, solo ella y su esposo, están mejor juntos. No importa que a su esposo no le guste tanto bailar, no le importa que esa costumbre haya sido idea suya para aligerar el matrimonio, no importa, se siente amada, recordando días mejores, y eso la hace sentir feliz.

Se sentía tan culpable, no se sentía en el derecho de sentirse infeliz con su vida, muchas personas dirían que lo que tiene es envidiable, entonces, ¿Por qué se siente tan mal? Toda su vida diaria era monótona, sin contar algo... O alguien, esa granjera. Oh, desde que llegó definitivamente muchas cosas en el pueblo habían mejorado, era como si un destelló de luz y esperanza alumbrará su vida... Y al pueblo pelícano, claro está. Aún recuerda cuando le dió la bienvenida junto al alcalde Lewis. Una chica muy linda, pero delicada, pensó Robin al ver la nueva residente, sin embargo, poco después se tragaría sus palabras al verla usar pico y hacha con tanta habilidad, era admirable. En esa ocasión, menciono vagamente que amaba los melocotones, seguramente la joven lo olvidaría más tarde. Grande fue su sorpresa meses después, yendo a su granja para instalar un nuevo corral para gallinas, encontrarse con varios árboles con melocotones frescos y maduros, una coincidencia, pensó.