Episodio 9: Problemas

5 1 0
                                    

Al día siguiente, me levanté super tarde, ya eran las 10:00 de la mañana. Poco a poco fui abriendo mis ojos, mi cuerpo me seguía doliendo bastante, no tuve ganas de levantarme, aparte con este dolor que sentía, posiblemente no podría caminar.

Me acomode en la cama, estaba cansado todavía, dormiré otro rato más, en todos modos no tengo nada que hacer. Estaba volviendo a cerrar los ojos, pero la puerta de la habitación se abre.

-Buenls días Adrián- entra Roi con una bandeja

-A penas me volvería a dormir

-¿Otra vez? Ya son las 10 de la mañana, ¿Acaso te develastes ayer?

Recordé todo lo que pasó anoche con Damián, sentí como mis mejillas se comienzan a sonrojarse, me cubrí el rostro con la sábana, solo deja do en vista mis ojos.

-Solo mire unas cuantas películas

-Bueno, te he traído el desayuno, siéntate, cuando te lo termines, te puedes volver a dormir

-Gracias Roi, que amables eres

-No hay problema

Me acomode en la cama sentándome, agarre la bandeja, y la coloque en mis piernas, Roi se sentí en el puff mirando hacia afuera.

-¿No tienes cosas qué hacer?

-No, pensaba ir a la cancha de tiro contigo, pero veo que quieres descansar

-Termino esto, me cambio y vamos a la cancha de tiro

-¿Seguro qué no prefieres descansar?

-Quiero ver si sigo siendo bueno en la puntería

-Como tú quieras, para mí es un placer

Terminé mi desayuno rápido, puse la bandeja de lado, y cuando me levanté rápido de la cama, todo mi cuerpo comenzó a doler, solté unos quejidos. Roi se me quedó viendo dudando por lo que había pasado.

-Eh, Adrián, ¿Te encuentras bien?

-Si, ¿Por qué lo preguntas?- comenzé a caminar acercándome al vestidor

-Este... Bueno, en la forma rara que caminas

-Oh, es normal, así camino cuando recién me levanto

-Si tu lo dices

Me cambié de ropa, y salí de la habitación, Roi se encontraba afuera del cuarto esperándome. Cerré la puerta, y nos dirigimos a la cancha de tiro, hibamos a un paso lento por el maldito dolor que sentía en la cadera, trataba de disimular un poco, pero aún así el dolor era un poco insoportable.

-Adrián, ¿Estás seguro que no prefieres quedarte en la habitación?

-No, aparte ya casi llegamos

Entramos a la cancha de tiro, agarramos las armás, y comenzamos a disparar. En el tiempo que deje de practicar esto pensé que ya no sería bueno como antes, pero lo bueno que no fue así.

Nos dimos un descanso, para luego seguir con otro tipo de arma. Nos acercamos a una banca, Roi se sentó, tomo dos botellas de agua, entregándome una a mí, tome la botella y tome lugar a lado de él.

Unos segundos después, mi celular comenzó a sonar, tome el celular y respondí.

-Hola

-*Adrián, tienes que venir a la casa, lo más pronto posible*

-¿Qué pasa Anna?, te escucho alterada

-*Entraron unos hombres por la madrugada a la casa, y tiene a todos atados*

Mi compromiso mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora