Una niña que no podía dominar sus emociones, y cuando estallaban, algo en ella se desataba, desencadenando el caos y una sucesión de eventos sin una explicación lógica.
Aquellos que la conocían pensaban que estaba dominada por una profunda oscuridad...
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Selena despertó al oír los gritos de Daphne Greengrass, quien parecía haber cargado baterías extra esa mañana.
-¡Arriba, todas! -chilló Daphne con entusiasmo inusitado- ¡nos vamos a perder el desayuno!
Selena se sentó en la cama de un salto, parpadeando para despejarse.
-Muero de hambre -declaró Daphne con un tono de urgencia, mientras se lanzaba de la cama y se vestía con rapidez-. ¿Nadie más se va a levantar? -gritó, mirando a sus compañeras, que aún permanecían en la cama.
Millicent Bulstrode, aún en las sombras de su almohada, le lanzó con una almohadón.
-La próxima vez te lanzaré algo más contundente -murmuró, dando la vuelta en un intento de ignorar el bullicio.
-Tienes un humor horrible por las mañanas -bufó Pansy sin abrir los ojos.
Daphne, con una sonrisa contagiosa y decidida, tomó del brazo a Pansy, obligándola a levantarse.
-¡Vamos al comedor! -propuso, casi tirando de ella.
Pansy frunció el ceño, mirando a su alrededor con expresión confundida.
-¿Alguna sabe cómo llegar? -preguntó, en medio de un bostezo.
-No -contestó Selena, encogiéndose de hombros.
-Creo que recuerdo el camino -murmuró Daphne, aprehendiendo a Selena con su otro brazo, encantada por la idea de salir-. ¡Vamos! -exclamó, avanzando con decisión.
En la sala común, la poca actividad del lugar dejaba claro que la mayoría de los estudiantes ya habían corrido hacia el gran comedor. Desde la dirección de los dormitorios de los chicos, Theodore Nott salió de la penumbra con el cabello alborotado y el nudo de la corbata hecho un desastre. Detrás de él, Draco Malfoy avanzaba con una elegancia notable, su cabello perfectamente peinado hacia atrás, luciendo su uniforme impecable.
-¡Draco! -llamó Pansy, levantando la mano-. ¿Vienes con nosotras a desayunar?
-¡Theodore Nott! -exclamó Daphne, un poco escandalizada al notar su apariencia-. ¿No piensas arreglarte un poco? Al menos, péinate.