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Ya había pasado una semana desde lo que sucedió, no había hablado con Andrew desde entonces.

Alex había vuelto a new York por trabajo, iba a volver en dos semanas más o menos.
Por mientras yo estaba yendo al restaurante después del trabajo, hace mucho no iba.

—¡ey, paula!
—que tal santiago—dije saludando a santiago con un corto abrazo.—
—todo bien ¿ y tu?—hace mucho no te veía por aqui—
—si...he estado bastante ocupada con el trabajo y eso.
—ahh okey okey.
—oye...¿como esta Andrew?
—¿Andrew? Oh esta bien, ¿por que la pregunta?
—oh no es nada, es solo que no lo veo hace bastante ya, la última vez que lo vi fue cuando pasó lo del tiroteo.
—¿enserió?
—si, coincidimos en el mismo lugar al escondernos.
—¿paso algo mas?
—no paso nada, solo hablamos un rato y quedamos como amigos.
—ya veo...paula, siento decirte esto pero lo mejor es que te mantengas lo más alejada posible de Andrew.
—¿por qué dices eso santí?
—¿te parece poco todo lo que te hizo? Paula, el es mi amigo, pero no voy a permitir que te vuelva a hacer daño.
—no te preocupes santiago, ya no será igual, ya no soy esa ingenua adolescente de catorce años que era antes, se como es andrew y se como manejar la situación.
—esta bien, de igual forma, cualquier cosa que el haga quiero que me digas, es mi amigo pero no me molestaría darle una paliza si se la merece.
—tranquilo, no hace falta.—dije riendo un poco—
—y hablando del rey de Roma....

Se escucho la campana de la puerta, y era claro que era Andrew.
Venía casi cayéndose, con un cigarro en la mano y los ojos rojos.

Lo había vuelto a hacer.

—mierda Andrew...—dijo santiago corriendo a alcanzar a Andrew para ayudarlo a ponerse en pie.—
—así que aquí estas...te estaba buscando
—¿a mi...?
—pues, eres la única mujer linda en este lugar paula.

Santiago ayudo a Andrew a sostenerse y así llegar hasta la barra, donde cayó casi encima de mi.

—mierda...¿te llevo a casa?
—¿estas loca? Lana no me va a dejar entrar a casa en este estado, y tampoco quiero que sofi me vea así.
—yo...no se que hacer.
—tranquila paula, no es tu responsabilidad, lo llevare a mi casa.
—no iré a tu casa santiago, me quiero quedar con paula.

Santiago y yo nos miramos sin saber que hacer, hasta que me dio un asentimiento para que lo llevara a mi casa.

En el camino a casa tuve casi que cargar a Andrew.

—mierda, ¿que carajos te metiste que no puedes ni caminar?
—Mmmm creo que no querrás saber—dijo mientras reía—

Al llegar a casa lo tire en el sofá y me senté a su lado.

—¿Qué dirá tu esposo al ver que traes a tu ex a la casa en la que cogen?
—Alex esta de viaje, estoy sola por dos semanas...
—entonces ¿me dejaras cogerte mientras tu esposo esta fuera?
—mierda, tu de verdad estás fuera de ti.

Andrew no fue capaz de responderme en ese momento, por que ya se había quedado dormido, o bueno, ya había entrado en su viaje.
Lo ayude a quitarse los zapatos y la camisa para que estuviera más cómodo.
Ya sin camisa, empecé a verlo de pies a cabeza.
Vi sus pestañas y cejas, el lunar que tenia encima de la ceja, su cabello castaño ondulado, sus carnosos labios, su marcado abdomen y el montón de lunares a lo largo de su cuerpo.
Estaba viendo enfrente de mi al primer hombre al que he amado, al primer hombre por el que lo entregué todo, y el único.

En ese momento solo pensaba en besarlo, pero sabía lo mala idea que era eso, y contuve mis deseos.

[...]

Al día siguiente, me desperté temprano y aún el seguía durmiendo en el sofá, así que aproveche y prepare el desayuno.

Cuando ya estaba casi listo el despertó, algo confundido.

—que carajos...
—tranquilo, para tu mala suerte, no tuvimos sexo.
—¿paula que hago en tu casa?
—¿no te acuerdas? Ayer estabas drogado y fuiste al restaurante, y dijiste que te querías ir conmigo, yo al ver el estado en el que estabas no te iba a dejar allí, así que te di hospedaje.
—yo...gracias paula, desde que llegaste solo me has salvado el pellejo.
—eso es lo que hacen los amigos ¿no?
—muchas gracias enserió.
—bien, ahora come.

Empezamos a desayunar tranquilamente en el comedor.

—esta delicioso....
—lo hice con mucho cariño.
—se nota.
—Andrew...¿por que si sabes que lana no te deja entrar a casa en ese estado lo sigues haciendo?
—paula...estar allí es un infierno, lana lo único que hace es pedirme cosas o decirme que falta esto y lo otro. Si no fuera por sofi ya me habría largado de ahí.
—entiendo...pero Andrew tienes una hija, no puedes permitir que ella crezca con un padre ausente, de por sí te ve poco por el trabajo.
—lo se...sofia es lo que yo más amo en este mundo paula, te lo juro. Pero enserió es agobiante todo, si fuera por mi ya me habría ido con mi hija, pero no puedo cuidarla solo.
—entiendo...
—muchas gracias.
—cuando necesites tomar un descanso se tu casa, no recurras a las drogas, ven aquí, que yo estaré para ti.—dije, poniendo mi mano sobre la de él y acariciandola.—
—muchas gracias enserió paula, siempre lo he dicho, eres como un ángel en mi vida.
—Andrew así hayan pasado años, cada que tu me necesites allí estaré.
— creo que ya es inevitable...
—¿Qué cosa?
—tu y yo.

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⏰ Última actualización: Aug 12 ⏰

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