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- ¿Está todo listo amor?-escuche la voz de mi esposo desde la puerta de la habitación-
-sí cariño, vamonos ya.

Alex agarro las maletas y caminó conmigo hasta la puerta principal, este sería un gran paso para nosotros.

Vivíamos en New York desde hace siete años, pero hace poco decidimos mudarnos a vacouver, el pueblo donde había nacido y donde viví toda mi vida.

Después de unas horas de vuelo llegamos al aeropuerto, mis padres y mi hermana, Ernesto, gloria y melissa ,nos estaban esperando allí con una gran sonrisa.

Corrí a abrazarlos, no los veía desde hace dos años.

-¡Dios no saben cuanto los extrañe!
-nosotros igual mi amor- dijo mi madre al borde de las lágrimas-
-hola preciosa- salude a mi hermanita melissa-
-Em hola pau.

Para apenas tener siete años se había vuelto muy amargada, cuando la dejé hace algunos años era una pequeña llena de alegría y con tan poco tiempo ya parece una adolescente de 14 años.

Luego de eso saludaron a Alex y metimos las maletas al carro de mi padre.

Nos quedaríamos en casa de mis padres por más o menos tres meses mientras nos acomodabamos mejor y encontrábamos una casa de nuestro acomodo.

Ya a las nueve de la noche mi esposo y yo estábamos acostados en el cuarto en el que nos íbamos a quedar.

-este será un nuevo comienzo para nosotros mi amor-dijo Alex mientras me acariciaba la mejilla-

-así será mi amor.

Nos dimos un pequeño beso y luego nos acostamos a dormir.

Conocí a Alex cuando llegue a New York en la universidad, pasamos toda la carrera enamorados y al terminar nos casamos.
No sabia si era solo cosa mía pero sentía que me faltaba algo, a pesar de que alex era literalmente el chico perfecto, faltaba algo.

Sentía que en sus brazos no me sentía segura, sentía que era un lugar frío y nada acogedor, y se que esa sensación alguna vez la sentí, pero fue hace mucho tiempo.

No se, tal vez solo era cosa mía, al fin y al cabo, el era perfecto para mí, era todo lo que siempre quise.

Al día siguiente salimos todos a dar un recorrido por vacouver, íbamos a ir a comer a un restaurante.

El camino hacia este se me hizo muy conocido, de repente me volví a sentir una puberta de catorce años que estaba apunto de cometer una de tantas locuras.

Eso me saco una pequeña sonrisa sarcástica.

La pobre e idiota pau de catorce años, que ingenua era.

Al llegar nos atendieron y dieron una mesa.

Todo estaba completamente bien, pero claro, esto no se estaría narrando si no va a pasar algo malo.

Sentí la campana de que alguien había entrado al restaurante, este era algo pequeño, solo algunas mesas, y dos baños.

A este había entrado una pareja con una niña, entró un hombre de casi mi misma edad, era alto y delgado, con cabello castaño claro, una barba corta y ojos color miel. Vestía un traje negro con gafas de sol en la chaqueta, realmente guapo.
A su lado la que deduzco que era su esposa, un poco más baja que el, cabello negro largo, delgada y muy bien maquillada, sostenia de la mano a una niña de unos cuatro años.

Todo iba normal hasta que el hombre habló, esa voz... la reconocí al instante.

— ¡Ey hermano! ¿que tal?—saludo con mucho entusiasmo al mesero que nos atendió—

Siguieron hablando y luego se sentaron en una mesa. En ese momento fui hacia la barra donde estaba el mesero, sentí como la mirada del hombre se fijo en mi apenas estuve cerca, sabia que me había reconocido.

— eh hola, disculpa ¿te puedo hacer una pregunta?
—claro, que se le ofrece
— okey, quisiera preguntarte si... el hombre que esta allá de casualidad se llama Andrew.
— sí... ¿Por qué la pregunta?
— oh mierda y tu...— mire la etiqueta de su uniforme donde decía su nombre— ¿santiago? Soy paula
—¿paula? Oh Dios mio ¡no lo puedo creer!
Santiago era amigo de Andrew desde siempre, el también cambió mucho. Cabello negro peinado hacia atrás, me llevaba a penas unos centímetros de estatura y ojos cafés.

— ¿que haces aquí?
— pues me voy a mudar por acá con mi esposo, así que creo que te veré seguido.
—bueno pero, ¿sabes que si me ves seguido también verás seguido a...Andrew?
—pues...si, pero que puedo hacer.—dije largando un suspiro— ey, cambiando de tema... la chica que esta con el ¿es quien yo creo que es?
— sí hablas de lana,si.
—entonces... se caso con ella.
—no por decisión propia, luego del colegio el la embarazó y tuvieron que casarse a temprana edad, el término de estudiar pero ella simplemente quedó cuidando a la niña.
—algo que no entiendo es, ¿por qué siguen viviendo en vancouver?

—lo que pasa es que con lo del embarazo, a lana la sacaron de su casa y se fueron a vivir en la casa de Andrew, luego pasó el tiempo y pues ya se habían acostumbrado a vivir ahí, así que viven ellos dos, su hija y la madre de Andrew en la misma casa.

—ohhh entiendo, oye ¿me permites un momento? Debo, debo ir al baño. 
—claro.

Fui corriendo al baño y apenas Cerré la puerta no pude evitar llorar, mi pecho subía y bajaba y en mi corazón se sentía una gran punzada de dolor.

Con mis manos temblorosas saque mi celular y marque el número de bella, mi mejor amiga.

—hola—habló ella al otro lado del teléfono—

—no vas a creer con quien me encontré.

               《Perspectiva andrew》

Al ver que la chica que estaba hablando con santiago se dirigió hacia el baño fui directo a donde el.

—santiago, dime que la chica con la que estabas hablando no es quien creo que es.
—pues si, si lo es Andrew, paula volvió.
—Dios... ¿Me reconoció?
—claro que lo hizo, de eso hablábamos.
—¿y que te dijo?
— se va a mudar a vancouver con su esposo, ahora es psicóloga.
— así que se caso...
—exactamente. 
—santiago yo...tengo que hablar con ella.
—ni se te ocurra Andrew, no voy a permitir que la vuelvas a dejar como la última vez, en ese tiempo no pude hacer nada pero ahora haré hasta lo imposible para que no se vuelva a involucrar contigo, no otra vez.

—la necesito santiago, la necesito como no tienes idea, como pretendes que actúe cuando después de siete años de no verla y superar lo que paso aparece de un día para otro.

—la ves después de siete años por tu propia culpa Andrew, tu fuiste el que arruinaste todo y lo sabes, ahora, déjala tranquila, ella ya rehízo su vida con alguien más, no necesita que vuelvas a aparecer en su vida para destrozarla.

       《Fin de perspectiva Andrew 》

Me limpie las lágrimas y salí del baño, pasé por el lado de Andrew y solo podía percibir sus ojos clavados sobre mi.

Llegue a mi mesa y abrace a Alex.

—¿todo esta bien cariño?
—¿ves a la familia de allá?—señale hacia la mesa de Andrew para que alex volteara a ver— son Andrew y lana, el chico del que te hablé.
—ay cariño...—Alex me abrazó más fuerte y me dio un pequeño beso—

Mi vida de ahora en adelante iba a tener mucho drama.

Mi pasado secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora