𝘾𝙖𝙥𝙞́𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙄𝙄𝙄

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Difícilmente ha pasado una semana desde que follé con Anda

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Difícilmente ha pasado una semana desde que follé con Anda. Comemos juntas, trabajamos juntas, vemos la televisión juntas, pero no hablamos como antes, eso añadiendo que casi nunca hablamos. Únicamente me dirige la palabra cuando tiene hambre y cuando me manda a trabajar a una casa en especifico. Aunque debo aceptar que no he tenido trabajo pesado, con todo y eso me sigue pagando lo mismo.

Es extraño.

Sigo dándole de desayunar, comer y cenar. No hay nada nuevo. Hoy han venido todos nuestros amigos, colegas del trabajo. Uno de sus trabajadores, Jame, cumple años y estamos bebiendo cerveza y mientras hablan de mujeres y porno, me dedico a hacer la cena.

A Jame le encanta el pollo horneado, las alitas picantes y las costillas de cerdo en adobe.

Así que eso es lo que hago. He marinado todo con anticipación y el horno hará todo el trabajo.

-Alguien que cocine bien y que sea así de servicial.. ¿no será tu puta preferida?-. Ohm le comenta a Anda. No estoy segura de si lo hace a propósito, porque es obvio que puedo escucharlo a la perfección y no solo yo, sino todos los demás.

Lo que odio de mis colegas es que son muy buenos bebedores de cerveza y siempre recuerdan lo que dicen y hacen. Esa es mi maldición.

-¿Por qué? ¿Te la quieres follar?-. Responde Anda, siempre a la defensiva.

La boca se me seca. ¿En serio ha dicho eso? Nunca responde con un sí o un no, siempre evade todo, por eso ignora todo lo que ha pasado. Me pregunto cuánto tiempo va a resistir no cuestionarme sobre lo sucedido.

-No sería mala idea...

El corazón se me detiene por un momento. No le tengo miedo a Ohm, es decir. Él es muy irónico aunque lo diga seriamente. Ni siquiera le hablo, pero es nuevo que hable de mí con Anda.

-¿Me permitirías follarla?-. Añade Ohm.

No soy propiedad de nadie para que le pida permiso a Anda, en primer lugar. Me siento indignada y un poco decepcionada por ese aspecto. Yo no sé qué es lo que ha hablado Anda de mí o mejor dicho, de lo que hicimos. Aunque por lo que sé, Anda no cuenta sus intimidades por más vistosas que sean.

-¿Y por qué me pides permiso? No es de mi propiedad.

Sonrío de alivio, pero también de amargura. Quiero y no quiero escuchar algo como eso.

-Mientes... -. Dijo Ohm, seguro de sus palabras-. ¿Te la cogiste, no?

-Que te la quieras coger no significa que yo lo haya hecho.

Ruedo los ojos. Sí, esa es Anda. Ella nunca va a aceptarlo.

-¡Por favor! Si llevas horas mirándole el culo que no tiene..

Gracias, Ohm. Gracias por recordarme que no tengo trasero. Pero a pesar de que su comentario me enoja, me gusta que haya mencionado que Anda mira mi trasero. Por el momento no importa mucho qué piense cuando la mira, pero la mira, y eso es importante.

𝘼𝙡𝙗𝙖𝙣̃𝙞𝙡 (𝘼𝙣𝙙𝙖𝙡𝙤𝙤𝙠𝙠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora