𝘾𝙖𝙥𝙞́𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙓

122 20 4
                                    

Estoy justo afuera de su casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estoy justo afuera de su casa. He pensando mucho si venir o no. Al final me decidí y sí. Anda no me intimida, no debe hacerlo. Me sacudo las ropas antes de entrar a su casa. Está abierta y las luces prendidas pese a que a estas horas nunca se encuentra.

Al entrar me encuentro automáticamente con ella una chica, una muy guapa. Como a ella le gustan. Tiene un culo lindísimo, porque esos pantalones le quedan espectaculares. Por suerte ellos solo hablaban. Miro a Anda y ella a mí. Es extraño. No digo nada y me adentro, dirigiéndome a la habitación.

La chica murmura algo que no entiendo, pero no le presto demasiada atención, simplemente voy a mi cuarto, saco la maleta del closet y comienzo a empacar. Por suerte está todo como lo dejé, menos la cama, esa se encuentra destendida. Anda seguramente se folló a alguien ahí o dejó dormir a una de sus putas en lo que era mi cama.

De pronto escucho unos pasos por el pasillo y huelo su perfume. Anda se ha parado en la puerta a sus anchas y me observa por un largo momento. Las manos me tiemblan, pero por alguna razón logro concentrarme en la ropa, la maleta, y en que ya pronto me voy a marchar y no la voy a seguir viendo.

-Ella ha estado preparándome las comidas del día-. Dice con un tono de voz muy propio.

Me rasco una ceja y sin mirarla, le contesto:

-No te pedí ninguna explicación.

-Tu cara dice todo lo contrario.

Me dirijo al pequeño tocador y recojo todos los perfumes, las cremas, los desodorantes, mis pequeñas pertenencias. Anda no me ha quitado los ojos de encima.

-Te estoy hablando. ¡Contesta! ¡Cuando te hablo, contestas!-. Ordena, acercándose. Se ha enfurecido y lo único que puedo hacer es mirarla y retroceder para evitar que estemos cerca.

Anda se detiene y me observa. Sus ojos muestran la rabia contenida. No le gusta que la dejen hablando sola y de alguna manera lo utilizo para molestarla. No puedo evitarlo.

Ella da un paso y yo retrocedo uno de igual manera. Anda alza la ceja derecha y arruga toda la frente. Avanza nuevamente, desafiante y yo retrocedo, evitándola. Sé que a pocos pasos estaré contra la pared y por ello cierro la maleta y la bajo de la cama. Pienso irme antes de que ocurra algo de lo que me pueda arrepentir.

-¿Qué mierda se supone que haces?-. Cuestiona, avanzando todo lo posible.

No retrocedo y lo enfrento. No debería, pero me he quedado congelada y huir no es bueno la mayoría del tiempo.

-¡Contesta!

Miro hacia otra dirección que no sea su rostro y pienso en qué responderle. De repente los nervios me han borrado todo el discurso gue tenía para gritarle por si acaso.

-No me grites. No seas una idiota-. Le pido, interponiendo la mano cuando siento su cuerpo ya bastante pegado al mío.- ¿Quién demonios te crees para hablarme así? ¡Imbécil!-. La empujo para alejarla y ella sorpresivamente se echa hacia atrás-. No eres nadie para ordenarme nada, maldita sea. ¿¡Me escuchaste!? ¡Nadie! ¡No eres nadie!

-Con la que follas-. Murmura. No estoy segura de si murmura por temor o porque ha pensado en voz alta.- La que te abre las piernas, ¿no es suficiente derecho?

Un gélido escalofrío me recorre por completo. Sonrío, irónica.

-Con la que follabas...-. Corrijo para volver sus palabras a pasado.- La que me abría las piernas. Y no, no es suficiente derecho. No tienes derecho a exigirme nada porque no somos nada.

-¿Ese es el problema-. Me interrumpe de repente, retadora.- ¿Estás molesta porque no eres nada más que un simple agujero?

Los ojos me arden de rabia.

-Sí-. Respondo en alto.- Para culos que quieras utilizar algunas veces mejor búscate a una puta de cabecera, una puta que esté de acuerdo con que folles con ella y con otras personas.

-Me gusta follar contigo-. Expone seriamente. Trago saliva. Lo sé. A Anda le gusta follar conmigo, eso era obvio, pero que me lo diga tan directamente suena como un sueño hecho realidad.

-El problema es que a mí no me gusta estar con una persona que folla con otros y conmigo al mismo tiempo-. Digo sincera, ya más tranquila. Suspiro, calmándome un poco más.- No me gusta compartir lo que es mío. Por eso-. Muevo las manos, para explicarme.- Por eso nosotros nunca vamos a encajar.

-Y crees que lo vales?-. Su cuestión me confunde.- ¿Crees que vale la pena que yo deje todos esos cuerpos por el tuyo?

-Lo valgo-. Entorno los ojos. Sus cuestionamientos me han humillado de algún modo. Es tan fría y grosera. Nunca piensa antes de hablar, siempre habla como una bruta.- En cambio, tú no vales lo suficiente para que yo te entregue todo-. Añado, enojada por todo lo ocurrido. Anda se queda callada, mirándome.

-¿Estás enamorada de mí?

-No.

-Mientes.

Jalo la maleta y le paso por un lado, sin embargo, Anda cierra la puerta antes de que salga, impidiéndome la huida.

-Intentémoslo.-. Ladeo la cabeza para verle.- Vamos a intentarlo-. Continúa, sin dejar de verme a los ojos.- Quédate. Vamos a hacer las cosas a tu manera.

 Vamos a hacer las cosas a tu manera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝘼𝙡𝙗𝙖𝙣̃𝙞𝙡 (𝘼𝙣𝙙𝙖𝙡𝙤𝙤𝙠𝙠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora