Capítulo 3

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Hīma había leído muchas novelas románticas o abiertamente eróticas ambientadas en el mundo del omegaverse como para saber qué significaba esa manera de atraparlo entre el vidrio y su cuerpo por parte de Kieran

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Hīma había leído muchas novelas románticas o abiertamente eróticas ambientadas en el mundo del omegaverse como para saber qué significaba esa manera de atraparlo entre el vidrio y su cuerpo por parte de Kieran.

El alfa le miró fijamente durante lo que al joven le parecía una eternidad.

Finalmente el omega se atrevió a hablar.

-¿Y bien? ¿Solo me vas a mirar fijamente sin hacer nada?

-Se supone que tenia que intimidarte -dijo Kieran con una angustia en la voz que hizo al omega cambiar el gesto.

-Claro que intimidas.  Pero no a mí.  Soy tu omega, soy tu otra mitad, nunca me harías daño.  Pero... aquí no hay nadie, me has reclamado y hablas del futuro pero no estaría de más que... me reclamaras del todo.

-¿Quieres follar? ¿Ahora? Has tenido un día de locos.

-Ya pero tú... estás increíble y yo... no soy virgen, lo siento, pero hace mucho y tampoco fue tantas veces y... estoy a punto de correrme en los pantalones con esa mirada y ese bulto que hay en tus jeans.

Kieran trató de hacer acopio de todas sus reservas de paciencia.  Su lobo gritó, gimió, pataleó y juraría que le estaba insultando.

-Es nuestra primera vez.  Vamos a casa.

Hīma le miró de reojo.

-Finalmente pongo de Kieran en mi apellido, estoy a punto de morir, conozco a mi otra mitad y solo te pido una cosa...

-En diez minutos estaremos en una cama calentita con todas las comodidades posibles.

-Pero yo quiero ahora.  Estás siendo aburrido.  - y añadió con malicia- quizás ese es el problema de imagen de los licántropos. Mucho colmillo y poco...

-Hīma...

-Los vampiros lo hacen en cualquier sitio.

Sonrió en su interior cuando la provocación surtió el efecto esperado.  Kieran se movió tan rápido que rompió el cinturón de seguridad.  Tomó los labios del omega con una pasión violenta y contenida.  Hīma buscaba la palanca para abatir el asiento pero era difícil mientras trataba de respirar.

-Esa no es la palanca -gimió Kieran, que hizo al asiento abatirse.

-Me interesa más.

Kieran seguía besándolo mientras le parecía que mascullaba algo acerca de los vampiros.  Hīma le abrió los pantalones y le bajó la ropa interior.  Contuvo el aire. 

-¿Te gusta?

-Mucho, pero es... grande.

-Es porque nuestra especie es grande.

-Me muero de ganas pero vamos a necesitar lubricante.  Y bueno, aquí tienes mis análisis así que si no quieres no hace falta...

-Si hace falta.  Tu cuerpo aún no ha cambiado, pero los omegas pueden concebir independientemente de su género.  Así que tendremos que ser cuidadosos hasta que tu cuerpo cambie y se adapte a los ciclos y todo eso...

-Diez minutos son muchos..

Kieran sonrió maliciosamente.  Volvió a tomar su boca y con la mano le acarició el miembro que estaba duro, caliente y palpitaba tanto que no iba a ser algo largo.

A Hīma, nunca le habían besado así, ni tocado así.  Movía la mano con caricias constantes sin limitarse a sacudir arriba y abajo como sus antiguos amantes.

-Kie...Kieran...

-No digas así mi nombre así que necesito poder conducir a casa.

-Kieran.  Kieran.  Kieran.

El alfa gruñó.  Hīma busco con total desvergüenza su pene y lo libero de nuevo de su prisión textil.

Satisfecho, comenzó a acariciarlo con más torpeza pero que compensaba con entusiasmo.

Trataba de imitar la manera en que Kieran le pellizcaba sin hacerle daño o le acariciaba el glande.

Hasta que se olvidó de todo. 

Cinco minutos después Kieran abría la salida del parking con expresión avergonzada en contraste con la amplia sonrisa de Hīma.

; 𝐋𝐀 𝐌𝐀𝐆𝐈𝐀 𝐄𝐍 𝐓𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora