La Presentación de Proyecto

13. Mi exposición

Antes de exponer, conecté mi celular a la computadora del profe Alberto, seleccioné mis diapositivas en la carpeta de Documentos de mi teléfono, copié la presentación directo al escritorio y desconecté mi teléfono de allí. El profe José Ramos se tuvo que retirar, argumentando que no había almorzado; fue una verdadera lástima, pues me hubiera gustado que él estuviera presente, pero en cambio asistieron la profe Leydis y la profe Lisbeth.

Luego entraron mi mamá, el señor José Gregorio, Marcos y Elizabeth, Beatriz acompañada de su mamá, la señora Sonia, Bethanie su hermana y Omar su novio; Karina con su familia, Melissa, Franklin, Ángelo y el profe Julio. Ellos asistieron a mi disertación.

Después que el profe Alberto hizo la introducción, comencé a hablar:

-Buenas tardes, excelentísimos miembros del jurado, señor José Gregorio Montaner, familiares y compañeros de estudios. Mi nombre es Emmanuel Mejía y mi proyecto sociointegrador versa sobre la aplicación de estrategias de cobranza encaminadas a reducir el nivel de morosidad en el Conjunto Residencial La Gardenia, ubicado en el sector Toquita Mejías de la parroquia El Carmen, municipio Simón Bolívar del estado Anzoátegui.

Hablé brevemente de los ciclos que componían el proyecto, y al empezar a exponer el ciclo primario, hice una reseña histórica del condominio y las potencialidades de la comunidad. Acto seguido empecé a exponer el problema objeto de estudio (la morosidad, en este caso); desentrañé mi matriz de priorización y el árbol de problemas, de donde saqué las interrogantes; describí el objetivo general y los objetivos específicos, estos últimos con sus respectivas actividades y metodología, y justifiqué el proyecto desde los diversos puntos de vista, así como expliqué la vinculación del mismo con la línea de investigación y el tercer objetivo histórico del Plan de la Patria, para luego pasar a la planificación integral de objetivos. En todo momento miré hacia los jurados, mientras señalaba con el apuntador hacia las diapositivas.

Luego pasé a exponer el marco teórico: mencioné los antecedentes de la investigación (un trabajo hecho en el estado Carabobo y otro en Ecuador), y expliqué qué era la morosidad, sus causas, tipos de morosos y las estrategias a aplicar para la cobranza. Había momentos en los cuales perdía el hilo de lo que estaba hablando, pero rápidamente volvía a retomar. Daba la impresión de que, mientras yo hablaba y enseñaba, aprendía; y lo mismo quienes me antecedieron en las exposiciones. Uno de mis defectos principales cuando hablo frente a un público es el de empezar en voz alta e ir bajando la voz a medida que va avanzando la exposición; pero no lo hice ni en el preensayo ni en la predefensa, ni mucho menos en la presentación final.

Después enuncié las bases legales (la Constitución de la República, el Código Civil y la Ley de Propiedad Horizontal) para luego plantear el marco metodológico, es decir: el tipo y diseño de investigación (documental y de campo), población y muestra, las técnicas de instrumentación y recolección de datos (entrevistas, encuestas y reuniones) y las de análisis de los mismos (gráficos circulares y de barras), al igual que la producción axiomática; luego procedí a referir los resultados de las encuestas, y por último enuncié una serie de conclusiones y recomendaciones (facilidades para el pago, mayor participación de los vecinos, formación de comisiones) entre otras. Al final hice un cierre:

-Espero que les haya gustado la presentación. Muchas gracias a toda la audiencia por su atención, y pasen una feliz tarde.

Cuando terminé, la profesora Carmen me dijo:

-La única pregunta para ti, Emmanuel, es que no tenemos preguntas que hacerte. Lo has explicado todo de una vez durante tu exposición. Estamos muy admirados.

Cuando la profe dijo eso, sentí una sensación de confianza con otra de alivio. Y el cuñado de Karina se emocionó tanto que tenía los ojos aguados de la alegría.

Quince minutos después de la deliberación de los jurados volví a entrar al salón, esta vez acompañado de mi mamá, el señor José Gregorio, el profe Julio y Melissa. El profe Alberto habló nuevamente:

-Emmanuel, hiciste una excelente exposición. Por la responsabilidad que has demostrado durante la ejecución del proyecto, y el valor para presentar tú solo, hemos acordado por unanimidad, calificarte con 20 puntos.

Al escuchar el veredicto final, no pude contener mi alegría:

-¡SIIIIIII! -Grité alzando los brazos al techo y mirando hacia arriba.

Mi mamá también estaba emocionada, y nos dimos un abrazo muy fuerte. Tan emocionado estaba el señor José Gregorio, que se le salieron las lágrimas. También recibí felicitaciones del profe Julio, y luego fui a abrazar a Melissa:

-Lo hiciste muy bien, Emmanuel. -Me dijo Melissa.

-Gracias Meli. -Dije con la voz entrecortada. -Me hubiera gustado festejar este momento con los muchachos.

Luego recibí felicitaciones de las profesoras, y mi mamá me tomó una foto con los profes. Me sentía como si hubiera ganado las 500 millas de Indianápolis. La profe Leydis y la profe Lisbeth le hablaron elogios de mí a mi mamá.

Cuando uno va a exponer se siente pequeño ante la audiencia y el jurado calificador, pero cuando uno termina su disertación y aprueba, se siente como un gigante.