Una joven llamada Luxe ha vivido toda su vida ajena a su verdadero origen. Sin embargo, su destino da un giro inesperado cuando descubre que posee poderes más allá de su comprensión.
Dos chicos, cada uno destinado a amarla, luchan por su afecto, pe...
Estoy agradecida con él, si no fuese llegado estuviera muerta en este momento.
Han pasado veinticuatro horas desde el incidente. Ya no tengo el oxígeno, mis pulmones están limpios, pero las quemaduras de mis brazos aún no se han curado completamente.
Mi hermana me puso unos plásticos para que las heridas no se mojaran al ducharme. Después de salir de la ducha cure mis heridas y me vestí con una sudadera grande para no lastimarme, unos cargos negros y unos zapatos blancos.
Estoy aburrida, he pasado en cama todas estas horas. Así que decidí levantarme de la cama y salir de la habitación para rondar por la mansión.
Bajaba las escaleras cuando me encuentro con Katherin una de las sirvientas. Ella es joven de tal vez de veinticinco años de cabellos blancos, tiene unos hermosos ojos azules, su piel es blanca y tiene una complexión media.
- Señorita Luxe no debería estar de pie- Me dice amable.
- Es que me aburrí y decidí bajar.
-Entiendo... ¿Hay algo en que pueda ayudarle?
- En realidad si... ¿Está ocupada?
-Un poco, voy a preparar el almuerzo. ¿Por qué señorita?
-Me preguntaba si... ¿Puedo hacerle compañía?
Katherin es una de las sirvientas con la que más he convivido en la mansión. Ella me prepará cosas para que yo pueda comer.
- Claro que sí. Venga, iremos a la cocina - Me sonríe.
- Gracias.
La seguí hasta la otra cocina donde se mantienen las sirvientas.
El lugar es pequeño pero con espacio. Tiene los instrumentos necesarios para que ellas trabajen.
Hay una mesa el centro una con tres bancas de madera. Al lado izquierdo, hay unos muebles con gavetas, un fregadero, también una cocina y una nevera.
Siguiente a ello, hay otros muebles y otro fregadero. Arriba de estos se encuentran unos estantes con utensilios de cocina. Las ventanas son grandes y la luz entra perfecta iluminando todo el lugar.
Me senté en uno de los bancos mientras veía cada movimiento que Katerin hacía. Estaba cocinando carne de cerdo, tomó unas patatas e empezó a cortarlas para después lavarlas y ponerlas al fuego.
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-¿Le puedo tutear?- Pregunté cortando el silencio.
-Si,claro- Me sonrió amable.
-Genial... ¿Llevas mucho tiempo trabajando aquí?
- Aproximadamente un año, mi esposo murió y tuve que conseguir trabajo para sobrevivir.
