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Izuku quiere un hijo.

Al ser un Omega recesivo y por las innumerables cicatrices en sus brazos y torso causadas en un pasado traumático que quiere olvidar, sabe que no puede contar con la ayuda de un Alfa para obtener lo que desea ya que a la vista de estos es repugnante.

Asi que se va por la única opción disponible para él; fecundación in vitro.

Rody, su mejor amigo y médico en una clínica donde hacen el procedimiento le ayuda a agilizar los trámites.

Después de siete semanas llenas de incertidumbre, su óvulo fecundado con el esperma de un Alfa desconocido ha sido implantado en su útero, formando la vida que le dará un porqué a su existencia.

Entre altos y bajos, tanto anímicos como de salud, logro dar a luz a un precioso niño de hebras rubias, rasgos perfectos y con ojos verdes como los suyos.

Lo nombró Daisuke.

Para cuando el niño cumplió cuatro años, las pecas en su rostro ya eran notorias.

Era como una mezcla perfecta de dos genes totalmente compatibles.

Izuku a veces sentía curiosidad por conocer al donante, pero la idea era inmediatamente desechada porque las cosas como iban fluían perfecto.

Vivía en un pequeño hogar de los suburbios. Sus padres, al ser dueños de una empresa importante en Japón lo mantenían para que pudiese criar a Daisuke correctamente. Cosa que estaba haciendo perfecto pues el niño era feliz pese a solo tenerlo a él. Un niño amoroso que se da a querer fácilmente.

Tenía la vida simple y perfecta que siempre deseo.

Hasta que un día, justo después de llegar con Daisuke del parque, Rody le llamó para darle la noticia que jamás imaginó.

—Él quiere conocer al niño.

El móvil resbaló de sus dedos hasta caer contra el suelo provocando un ruido sordo. 

Sin siquiera detenerse a pensar que estaba dejando colgado a Rody en la línea, Izuku corrió escaleras arriba, hasta la habitación de su pequeño para levantarlo del alfombrado donde estaba tumbado coloreando un libro de dibujos y abrazarlo mientras intenta no temblar de pies a cabeza.

La historia era sencilla; al parecer el donante para su proceso no sabía que era un donante de esperma. Alguien se lo había robado de una manera nada inusual y lo vendió de forma ilegal. Tras enterarse decidió recuperar su muestra, y aunque el director del hospital; Aizawa, le dio largas los últimos cuatro años, este se había retirado y el nuevo jefe a cargo le había dado la respuesta sobre lo que habían hecho con su esperma.

Y bueno, ahora quería conocer al producto nacido de eso.

Y solo una pregunta venía a la mente de Izuku por el repentino interés del "donante"; ¿Quería quitárselo?

Un miedo irracional invadió su cuerpo. Lágrimas queriendo salir de sus ojos y  su aroma tornandose agrio.

—Papi... Hueles raro, ¿Estás enfermo? — preguntó el pequeño tapando su nariz con su manita.

Daisuke tenía una condición inusual, pues pese a aún no saber su segundo género, que se revela hasta los 7 años, ya era capaz de percibir el aroma de las feromonas.

—N-no, cariño. Estoy bien, solo que vi algo en la tele que me puso triste. — mintió.

"Por favor, Dios Lobo, no permitas que me quite a mi hijo". — suplicó en sus adentros.

—No te preocupes, papi. Aquí estoy contigo. — Daisuke lo abrazo de vuelta con fuerza. — Yo te amo mucho, papi.

Izuku solo se aferró a él, más y más fuerte cada vez que escuchaba su móvil sonar.

Por el tono sabía que era Rody.

No quería que le dijera lo que más temia.

Aunque talvez solo estaba haciéndose él solo un gran lío en la cabeza y las cosas no irían tan malas solo si se permitiera escuchar lo que Rody tenía para decir.

Pues lo último que el "donante" quería era quitarle a su hijo.

Solo quería hacerse responsable económicamente y si el Omega lo permitía, convivir con el niño para conocerlo, después de todo era su hijo.

Además sentía curiosidad, sobre cómo era posible que un Omega hubiese podido dar a luz a un hijo suyo, si él es un Delta, se suponía que era incompatibles.

Tenía que conocerlo, verlo con sus propios ojos porque eso era simplemente increíble.

—Lo siento, señor Bakugo pero creo que necesito hablar en persona con él para que no malinterprete aún más la situación. — Rody hizo una reverencia a modo de disculpa.

El hombre vestido en un costoso traje hecho a la medida ladeó la cabeza.

—Bien, mientras esa conversación me asegure el poder conocer al niño, haga lo que crea conveniente. — dijo.

Tenía que conocerlos a ambos si o sí.

Levantándose de su asiento, le tendió una tarjeta de presentación a Soul.

—Que él se ponga en contacto conmigo personalmente de preferencia, este es mi número privado.

—E-está bien.

Dicho esto, el hombre salió de su oficina seguido por un par de hombres que a todas luces parecían matones.

Rody suspiró por lo bajo, y luego maldijo a Hakamada por la situación en la que los había metido y de la que no podrían escapar si no era con una respuesta concreta.

Rody suspiró por lo bajo, y luego maldijo a Hakamada por la situación en la que los había metido y de la que no podrían escapar si no era con una respuesta concreta

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