Juntos una ultima vez

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Una mujer pelirroja observaba desde su ventana el más cálido y hermoso de los atardeceres alguna vez vistos por el ser humano, llevaba en sus manos uno de sus libros favoritos de la infancia, Jane Eyre.

Alguna vez en su niñez deseo con todo su corazón estar dentro de uno de sus libros, ser un personaje mágico y tener grandes aventuras, deseo ser la heroína de su propia historia.

Durante su juventud se la paso buscando nuevas experiencias, sentía que la vida era muy corta para conocer y sentirlo todo.

Ahora era una adulta, una jefa, una esposa y una madre, se dio cuenta de lo lejos que había llegado, era directora de un colegio mixto y redactora de una revista progresista, su hija menor estaba a un año de hacer el examen para la universidad y su querido esposo estaba haciendo progresos en la medicina moderna.

- ¿En qué piensas querida? – pregunto un adulto Gilbert dejando de lado el periódico que leía.

-En la vida, en lo lejos que estamos de donde empezamos y en lo cerca que estamos de donde siempre quisimos.

Él le extendió la mano y ella gustosa la tomo notando los dedos rasposos, pero siempre amables de su amado esposo.

- ¿Te arrepientes de algo?

Ella lo medito un segundo

-De una sola cosa-Gilbert la miro sorprendido y algo nervioso por su respuesta-De haberte golpeado en la cabeza con mi pizarra esa vez.

El soltó una profunda risotada y jalo de ella para sentarla sobre su regazo.

-Yo no, sinceramente me lo merecía, además de que fue el instante en que quede profundamente encantado por tu belleza y temperamento.

-Entonces eras un loco, ¿Cómo se enamora alguien de una persona con tal humor?

-Tu personalidad explosiva fue solo una de las cosas que me enamoraron de ti- la mano en la cintura de la pelirroja le daba suaves caricias- tu forma de ver el mundo, tu belleza y tu intelecto, me dejaron hechizado en cuerpo y alma, y te amo, te amo...

-Te amo- termino la pelirroja acercando su rostro, besando dulce y apasionadamente a su esposo.

-Mamá has visto mis notas de litera...- Ambos se separaron sorprendidos y sonrojados por la interrupción- ¡Santo Dios!, ¿Qué acaso no pueden ponerle seguro a la puerta?

- ¡Tu deberías haber tocado Marrilla!




El tiempo paso con rapidez en un abrir y cerrar de ojos Anne ayudaba a su hija a preparase para la universidad como alguna vez Marrilla la ayudo a ella.

- ¿Estas segura que metiste todo Rilla?

-Eso creo, solo necesito pasar por mis botas nuevas y entonces todo estará listo.

- ¡Llego el correo! - dijo Gilbert entregando la carta a Anne

-Es una carta de Diana- exclamo mientras terminaba de leer - dice que Josephine está muy emocionada por entrar a la universidad, oh el hijo de Ruby y Mody va a casarse y parece que se vio a la familia de Ka'kwet por el bosque.

-Delphine nos envio una carta también, parece que le esta llendo bien como enfermera, Bash está bien de salud, pero se niega a dejar de trabajar en la granja, aunque ya le cuesta, no hace caso de lo que la señorita Muriel o ella le digan.

-El tío Bash siempre tan trabajador, deberían ir a visitarlos y tratar de convencerlo de que contrate un ayudante.

Ambos padres se quedaron en silencio mirándose mutuamente.

- ¿Qué pasa, he dicho algo malo? -pregunto preocupada la pelirroja menor

-Por supuesto que no cielo, es solo que... bueno hay algo de lo queríamos hablarte

-Pensábamos decirlo hoy en la cena con el resto de tus hermanos presentes, pero creo que sería bueno comentártelo a ti primero- dijo el pelinegro.

- ¿Es algo malo?

-No mi niña, pero veras, tu padre y yo pensábamos mudarnos a Green Gables, para estar cerca de tu tío Bash y de otros viejos amigos.

Hubo unos momentos de silencio

- ¿Van a vender la casa? - pregunto con ojos llorosos la joven

-No no, pensábamos en proponerle a Jem que está buscando casa en que él se quede aquí con Casandra y los niños.

-Exacto, el pueblo seguirá teniendo doctor cerca y la casa no se vendería.

Otra pausa, los padres esperaban el veredicto de su hija que tenía el humor más pelirrojo que el de su madre.

-Está bien por mí si es lo que ustedes quieren, pero le dejare bien claro a Jem que mi habitación seguirá siendo mía sin importar de quien sea la casa.



Paso todavía más tiempo, El señor y la señora Blythe Shirley llevaban ya un mes instalados en Green Gables, ambos habían tomado importantes decisiones, Anne se retiró con honores de la escuela a la que sirvió, pero continúo escribiendo artículos para la revista y enseñando en su vieja escuela, Gilbert dejo de enseñar en la universidad, pero continúo dando consultas a domicilio, dando clases y consejos a médicos locales, ambos regresaron a Avonlea para encontrase con viejos amigos Diana que continuaba con su prodigiosa carrera como pianista y madre, Mody lamentablemente viudo pero orgulloso padre y hombre trabajador, Jerry cuyo negocio prosperaba enormemente y se dedicaba a ayudar a chicos que pasaban por situaciones similares a las que el paso, Cole que los visitaba a menudo cuando no tenía que viajar a Europa por sus exposiciones de arte y otros tantos amigos de la vida, ambos estaban felices de volver a su primer hogar.

-Tenemos noticias de los chicos- dijo Anne poniendo las cartas ya abiertas de sus hijos en la mesa.

- ¿Qué dicen?

-Todos están bien, Los niños de Jem les dio un resfriado, pero ya están recuperándose, Nan y Di disfrutan de sus vacaciones familiares y Shirley y Rilla asistieron a una de las exposiciones de arte de Cole.

-Suena fabuloso cielo.

Ambos dieron un largo sorbo a su té, Anne miro en la pared el retrato de Marrilla, Mathew y ella sonriendo felices, unidos y contentos, como solo una verdadera familia lo haría.

-Hemos hecho un buen trabajo, ¿verdad Gilbert?

Él le sonrió, tomo su mano por encima de la mesa y dejo un beso en el dorso de la mano, Anne sintió su corazón emocionarse igual que cuando se dieron su primer beso en el hostal de la universidad.

-Por supuesto que si mi dulce Cordelia, hemos criado a hijos amables, inteligentes y valientes como su madre.

Ambos se sonrieron y se miraron con amor, su vida había sido prospera, pasaron por perdidas y felicidades, dolor y alegría, pero todo estaba ahora donde debía estar, aún les quedaba vida que recorrer, pero mientras se tuvieran el uno al otro sabían que no había nada que no pudieran enfrentar...

juntos.

One shot para fans de Anne whit an eDonde viven las historias. Descúbrelo ahora