-Práctica de Besos-

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En una tarde de otoño, el sol se filtraba a través de las hojas doradas de los árboles, llenando la habitación de Riley con una cálida luz. Val y Riley, ambas de 16 años, estaban acostadas en la cama de Riley, una al lado de la otra, conversando sobre la vida y sus preocupaciones. Riley, con su habitual dulzura y timidez, estaba inquieta ese día, y Val, siempre perceptiva, notó que algo la estaba molestando.

—¿Qué te pasa, Riley? —preguntó Val, girando la cabeza para mirar a su amiga a los ojos—Te noto un poco distante.

Riley soltó un suspiro y miró hacia el techo, jugando nerviosamente con un mechón de su cabello rubio.

—Es que... —comenzó, titubeando—he estado pensando en algo, y me hace sentir un poco incómoda.

Val la miró con curiosidad, su corazón latiendo un poco más rápido. Aunque siempre había tenido un afecto especial por Riley, con el tiempo esos sentimientos habían crecido y se habían transformado en algo más profundo. Pero nunca había querido presionar a Riley, consciente de su timidez y de la ternura que caracterizaba a la chica.

—Puedes contarme lo que sea —dijo Val con suavidad, tratando de tranquilizarla— Sabes que siempre estoy aquí para escucharte.

Riley asintió lentamente, sintiéndose segura en la presencia de Val. Después de un momento de silencio, se animó a hablar.

—Es solo que... todas mis amigas ya han tenido su primer beso, y yo... —Riley hizo una pausa, sonrojándose— yo ni siquiera sé cómo se hace.

Val notó el tono de preocupación en la voz de Riley, y una mezcla de ternura y algo más profundo floreció en su pecho. Había algo en la ternura de Riley que siempre la había atraído, pero en ese momento, también sintió un deseo de protegerla y de estar cerca de ella de una manera que nunca antes había experimentado.

—Eso no es algo de lo que debas preocuparte —dijo Val, sonriendo con calidez— Todos tenemos nuestro tiempo, y no hay prisa para esas cosas.

Riley mordió su labio, aún inquieta.

—Lo sé, pero... ¿y si nunca sé cómo hacerlo bien? ¿Y si cuando llegue el momento, lo arruino?

Val soltó una pequeña risa, encantada por la genuina preocupación de Riley.

—No hay manera de arruinarlo, Riley. Los besos no son algo que debas estudiar o practicar como un examen. Son algo que sientes, algo que surge naturalmente.

Riley suspiró nuevamente, sus ojos azules llenos de duda.

—Pero... ¿cómo sabré cuándo es el momento adecuado? ¿Cómo sabré si lo estoy haciendo bien?

Val la miró fijamente, y fue en ese momento cuando una idea comenzó a formarse en su mente. Sabía que lo que estaba pensando era arriesgado, pero también sentía que tal vez podría ayudar a Riley a sentirse más segura. Además, la oportunidad de estar cerca de Riley de esa manera era algo que Val había soñado en silencio durante mucho tiempo.

—Bueno... —empezó Val, tratando de mantener su tono casual—Podría enseñarte, si quieres... Quiero decir, si te preocupa tanto, podríamos practicar un poco.

Riley giró su cabeza para mirar a Val con sorpresa, sus mejillas sonrojándose intensamente.

—¿Practicar? ¿Tú y yo? —preguntó, claramente sorprendida por la sugerencia.

Val asintió, intentando mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza en su pecho.

—Claro. No tiene que ser nada serio, solo... un pequeño ensayo, para que te sientas más cómoda cuando llegue el momento. Además, ¿quién mejor que yo para ayudarte con esto? —añadió con una sonrisa juguetona.

Riley x Val (One shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora