puppy princess.

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Matías trató de retomar su vida metódica; las exposiciones que odiaba, sus intentos nulos de entender física elemental y los entrenamientos progresivos de voléibol.

El incendio en su interior empezó a apaciguarse, la culpa también, todo siguió medianamente normal. Lo más normal posible hasta que fue persuadido por Hempe una tarde fuera del gimnasio de la preparatoria.

Él sí tenía toda la apariencia de un matón, pero no actuaba como tal.

"Tengo una joda este fin. Te espero ahí".

Un buen intento de invitación. Se suponía que ellos sólo eran extraños que coincidían de repente. No sabía por qué lo consideraba, pero estaba bien con eso.

La fiesta no era en un baldío como la última salida siquiera, sino en su casa; el sábado era su cumpleaños. Rodi estaría ahí.

Suponerlo era sentido común; era su capitán, con quien lo encontrarían riendo siempre, lo más cercano a su mejor amigo.

¿Por qué todo estaba a su favor y en su contra tan de repente?

El barrio de Simón era uno bueno. Con casas amplias, patios enormes y verdes, un gran parque sin vandalizar en la entrada y una piscina privada al lado. Incluso contaba con un guardia en la entrada, dormido, pero ahí.

Uno de chetos.

Cerca de las diez de la noche, ya estaba junto a Valentina frente a la fachada; no iban vestidos igual esta vez, pero el cabello de ella estaba más esponjado de lo normal. Trató de plancharlo y era una mala combinación con la humedad de la noche.

Sabía que a Enzo le gustaba verla con el cabello lacio y por eso se esmeraba tanto en quemarlo. A Matías le gustaban más sus rizos.

"Mati, sí viniste. ¿Cómo andas?". Simón lo recibió más animado de lo que esperaba, después de saludar a la chica con un beso en la mejilla.

Les indicó a ambos que la única condición para estar ahí era no subir al cuarto de sus padres y no vomitar dentro de la casa, nomás a los al rededores, antes de hacerlos pasar al patio trasero.

Estaba casi lleno de caras conocidas que tapizaban los pasillos de la escuela, era extraño verlos fuera de ellos; gran parte debían ser de tercer año. No le sentaron bien a pesar de que algunos les sonrieron, los mismos que los habían barrido apenas pusieron un pié ahí

No iba a advertirle nada a su amiga, no quería que tuviera una noche desagradable a su comparación. Recalt tampoco quería estar incómodo, pero no supo qué tan bien podría cumplirse aquello apenas encontraron al uruguayo.

Ignoró su cabello desordenado y su sudadera de radiohead, únicamente interesado en cómo sus ojos se abrieron mas, de forma casi divertida, al verlo. Rodi se movió hasta su amigo para hablar entre ellos, en uno de sus arrebatos. No disimuló.

Matías supo que la conversación giraba a su al rededor cuando escuchó un "pues porque me cae bien, ¿te da bronca?" de Simón.

Los nervios de Enzo eran por él.

Fue su culpa pensar que sería bienvenido; Hempe se llevó a su amigo lejos de ahí, abrazándolo del cuello, probablemente para disiparlo de su mar humor y que no siguiera con reclamos estúpidos. Enzo no tardó en arrastrar a Valentina con él y por un segundo, se sintió como un mono de circo.

Solo y tonto, como de esos niños de preescolar a los que sus amigos abandonan intencionalmente en los recesos.

Pero él ya no era un mocoso, sino un adolescente y debía obligarse a incluirse; no tardó en tratar de indistinguirse entre el resto, a pesar de que no le trajeran buena espina. De momento a otro, acabó junto a Felipe; con un par de comentarios lo hizo reír, y le trajo el alivio de creer que así la noche sería más llevadera.

perdido en la realidad; matías x enzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora