but he's into drummers.

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"Qué cool tu guitarra". Halagó Matías, su índice señalando específicamente una de las calcomanías decoloradas encima del instrumento.

Blas sonrió con pena cuando empezaron a carcajearse. "Es un bajo".

Rieron aún más, menos Enzo, más interesado en voltear por todos lados en busca de sus amigos que en integrarse con los de su novia.

No pasó eso desapercibido, el cómo lo ignoraba a propósito.

Matías se lamentó un poco más de aceptar ir ahí; Blas, el novio de una amiga de Valentina, tenía un desorganizado grupo de punk garage con algunos chicos de su barrio.

De vez en cuando tenían presentaciones espontáneas. La de ese día era en un terreno abandonado, cercano a la preparatoria. La idea se expandió como fuego por los panfletos improvisados que aparecieron en las puertas de algunos salones. Di-sonante, este viernes, no vidrios.

No eran demasiados, no pasaban de treinta personas lo suficiente reconocibles entre sí. Un público medianamente decente. La mayoría estaba ahí por el alcohol barato y porque no tenían más qué hacer un viernes por la noche.

"Mati también toca guitarra, ¿no?". Habló Andrés de repente, mirándolo con asentimientos y haciéndolo encogerse cuando rodeó sus hombros con su brazo.

Siempre trataba de incluirlo de la peor manera.

"Es un bajo".

"Pues, apenas estoy aprendiendo..".

Sólo era una guitarra vieja que pertenecía a su tío y le dió para liberar espacio en su cochera. Encima le faltaba una cuerda. Veía tutoriales en youtube a veces y sabía algunos acordes que sonaban bien juntos. Nada más fuera de eso.

"Deberían buscarlo algún día". Agregó Valentina, sonriéndole a su par. Blas ya no hizo el esfuerzo de seguir opinando, nadie lo escuchaba.

"Todo el mundo toca guitarra, ¿no?". Fue lo primero que dijo Enzo, un tono desdeñoso siseando entre sus palabras que pedía indirectamente que ya se callaran."La batería suena mejor, de todos modos".

El acento tranquilo del que no podía desprenderse era un contraste al desdén de su voz.

Aún recordaba cuando su amiga le habló de Enzo, que le gustaba y que consiguió su Instagram por algún lado. Matías pensó que era guapo sólo con un par de fotos que le mostró de sus destacadas, esas siempre frente a un espejo.

Una curiosidad traicionera lo llenó de inmediato.

Aún no se llevaba del todo con Andrés en ese entonces, pero casualmente le preguntó acerca de Rodi cuando estaban lavándose las manos en el baño.

"Creo que es uruguayo. Suena uruguayo".

Su humor apático mejoró de manera notable cuando un par de sus compañeros llegaron atravesando la pequeña multitud. Debió convencerlos, o más bien, obligarlos a estar ahí así como él lo fue.

A Recalt no le tomó mucho dimensionar quién era el nene inquieto junto a él; un gordito de ojos azules, sus mejillas plagadas de pecas.

No parecía exactamente su amigo, más bien, iba por ahí besándole los pasos al uruguayo y aguantando sin criterio sus chistes pesados. Lo seguía como si necesitara que le dijeran qué hacer.

Felipe Otaño, o pipe. Como todo el mundo lo llamaba.

Lo ubicaba porque era de los pocos que notaba con muy buena técnica en los partidos, además su hermana estaba en el equipo mixto de vóleibol. Igual que Matías.

perdido en la realidad; matías x enzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora