La familia KIM

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Han se despertó temprano, con la luz colándose por la ventana de su habitación de la residencia de la iglesia

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Han se despertó temprano, con la luz colándose por la ventana de su habitación de la residencia de la iglesia. La habitación parecía solitaria a comparación del pequeño salón de Minho. 

Había dormido bien, lo que era extraño porque su mente seguía anclada en lo ocurrido la noche anterior. Se habían quedado dormidos juntos, uno encima del otro, enredados... unidos. algo que había anhelado por mucho tiempo, pero cuando despertó en mitad de la madrugada, el miedo lo llevó de vuelta a su habitación en la iglesia, dejándolo con una sensación de vacío. ¿Qué hubiera pasado si se hubiera despertado esta mañana en la casa de Minho? Sobre el... ¿Les habría pillado Seungmin por la mañana? Sentado a la mesa, apenas tocaba el desayuno que Gabriel le había preparado.

—No estás comiendo mucho hoy, Han—comentó Gabriel, observando a Han con una mezcla de preocupación y calidez.

—Lo siento, solo... tengo muchas cosas en la cabeza—respondió, moviendo el tenedor distraídamente sobre el plato. El aroma del café llenaba la habitación, pero su mente seguía atrapada en la imagen de Minho anoche y en sus propias inseguridades.

—Quizás un poco de aire fresco y un buen sermón te ayuden a aclarar tus pensamientos. Hoy hay misa, sería un honor que asistieras—sugirió Gabriel con una sonrisa tranquilizadora de esas a las que cuesta decirle que no.

Han asintió, pensando que tal vez algo de paz espiritual podría ayudarle a ordenar sus pensamientos. El tenía claro que no creía en Dios, pero creía que en las capacidades sensoriales de la iglesia. Desde que había llegado al pueblo, todo había sido un torbellino de emociones y necesitaba un respiro.

La iglesia estaba más llena de lo que había anticipado. Los vitrales reflejaban la luz del sol en colores vibrantes, creando un ambiente solemne y pacífico que lo envolvió de inmediato. Se sentó en un banco al fondo, tratando de pasar desapercibido, pero pronto notó a Suni, que se sentaba a su lado. Ella le sonrió con amabilidad, acomodándose torpemente en el asiento. Se sintió alivio al verla, siempre es bueno tener una cara amigable.

—Buenos días Han—dijo Suni en un susurro cuando la misa comenzó.

—Buenos días Suni—respondió él, devolviendo la sonrisa.

Durante la misa, se sorprendió al sentir una calma inusual. Las palabras de Gabriel y el ambiente solemne crearon una sensación de paz que no había experimentado en mucho tiempo. Al final del servicio, Suni se giró hacia él, entablando una conversación.

—No te había visto en misa antes— Inicia ella mientras salían juntos.

—Es... la primera vez que vengo aquí en el pueblo, en general mi familia nunca ha sido muy de iglesias. Pero hay cosas que me gustan-suspira- me dan tranquilidad supongo—respondió difuso. Aún tenía la mente ocupada con todos sus demonios y además la ausencia de Minho en la academia de baile esa mañana, solo había sumado a su situación depresiva.

Real World (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora