Joyería

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Petición de: violencedivine

Clasificación: NSFW

A.U: Universitario

Resumen: Una confesión que no sale como realmente esperaba.

Puntos clave: Piercing, oral.

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Giyuu es un persona escencialmente reservada, el tipo de persona que tiende más a escuchar que hablar, lamentablemente eso lo ha llevado a terner dificultades para establecer relaciones amistosas o amorosas, por eso durante la universidad intentó hacer más cosas para intentar socializar, como asistir a las famosas fiestas universitarias o salir a a beber con algunos compañeros después de clases, pero una de esas ocasiones terminó por dar un giro inesperado, pues al despertar en su departamento al día siguiente no sólo se encontró de frente con el dolor de cabeza que tanto caracteriza a la resaca, si no que también se encontró con un dolor punzante en una zona de la oreja.

Al mirarse al espejo se encontró con una pieza de metal negro que resaltaba en el helix de la oreja derecha que aún se encontraba roja, esa mañana se golpeó fuertemente el rostro y el suceso marco el fin de una vida de "locura universitaria".

O eso es lo que realmente pensó, con el paso del tiempo lo que empezó como una estupidez de borrachera terminó por gustarle, en realidad era bastante linda una vez dejaba de doler. Entonces el estudio de piercings y tatuajes más cercano comenzó a volverse un lugar que frecuentaba.

Y si bueno, tenía que admitirlo, había una razón aún más importante, una razón que llevaba nombre y apellido.

Shinazugawa Sanemi.

El chico que solía atenderlo cada que iba, era un joven guapo, ligeramente más alto que él, con caballos blancos y un delineado negro encantador que hacía resaltar sus ojos violetas; y si bien el trato entre ellos fue tenso al principio por una notable diferencia de personalidades, poco a poco de volvió una amistad pues tenían bastantes cosas en común, y fue una sorpresa grata saber que en realidad ambos estudiaban en la misma universidad y compartían algunas clases, por lo que verse se volvió algo normal, sentarse juntos en clase o compartir un poco de café por las mañanas.

Suspiro una última vez, intento que los nervios se fueran lejos, abrió la puerta del establecimiento y entro —Buenas tardes— Susurro, y inmediatamente vió a Sanemi acompañado de Iguro que al parecer discutían —Lamento la interrupción—.

Ambos se giraron a verlo, Sanemi le dedicó una pequeña sonrisa mientras Iguro fruncía notablemente el ceño, sabía que no le agradaba y si lo soportaba era sólo por su amigo.

—¡Giyuu! Hola...-—Sanemi le saludo y le sonrió. Obanai rodo los ojos por el cambio de actitud de su amigo.

—Me voy— Musitó el pelinegro más bajo.

—Genial, largo idiota— Dijo el albino, aunque no verdaderamente molesto, era su forma de mostrar cariño a su amigo, lo acompaño hasta la puerta y lo despidió, seguido de esto giro el cartel que colgaba en la puerta avisando que estaba "cerrado".

—¿Estaban peleando?— Se atrevió a preguntar Tomioka.

—Si, no... Bueno ya sabés, ese cabrón tiene unos excelentes Snake bites que le hice y combinan a la perfección con su lengua de víbora venenosa pero siempre usa cubrebocas, es estúpido—. Relato.

—Entiendo— Se limito a responder, su mente estaba en otras cosas y se sentía nervioso.

Shinazugawa se acercó a él y le ofreció asiento en la parte del trasera del estudio —¿Y bien, Giyuu? ¿Qué será hoy? Yo creo que un Bridge te quedaría genial— Dicho esto le aparto mechones de cabello, dejando ver al menos una perforación industrial y un par de argollas más que comenzaban en el lóbulo y terminaban a la mitad de la oreja derecha, también aparto el flequillo que ocultaba una pieza de metal en la ceja.

There is no direction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora