𝙊𝙍𝘼𝙇𝙄𝘼 // 𝙏𝙬𝙞𝙡𝙞𝙜𝙝𝙩'𝙨 𝙁𝙖𝙣𝙛𝙞𝙘

𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙤𝙡𝙤 𝘿𝙤𝙙𝙞𝙘𝙞

Tener un vampiro y un metamorfo en un mismo lugar, uno de ellos mi ex y el otro mi actual interés romántico... No se los recomiendo.

— Paul —me acerco a él—, Jasper ya se iba.

El vampiro no dice nada y tampoco se mueve, sólo se queda mirando cómo el lobo me sujeta de la cintura y esconde su cabeza en mi cuello para calmarse.

— Lía, de verdad me gustaría que me dejes explicarte las cosas.

— No lo necesito, Jasper. Quizá hace unos meses hubiese agradecido la conversación aún si terminábamos luego. Pero, tras ver a Bella, escuchar su lado de la historia, lo que ocurrió en su cumpleaños y las cosas que tu hermano le dijo después me hizo entender todo.

— Lía... —Paul no me soltaba y a Jasper se le oscurecían cada vez más los ojos. Por la rabia, supongo.

— Fuiste un cobarde. Si te hubieses acercado y me hubieses contado lo que estaba ocurriendo yo lo habría entendido. Quizás ni era necesario que te fueras —le digo y siento como el lobo se tensa en mi cuello.

— Era peligroso para ti. Lastimé a Bella, no quería lastimarte a ti.

— Entrenamos juntos más de una vez como para que entendieras que no podías lastimarme sin antes dar una dura batalla —le digo con una sonrisa irónica. El lobo temblaba levemente y, si bien me sorprendía su autocontrol en estos momentos, no quería tentar a la suerte—. Por favor, te lo pediré por última vez. Vete. El resto de la manada debe venir en camino. Si bien mi casa está en el límite del tratado, técnicamente está más en lado quileute que Cullen.

— De acuerdo, me iré —sin embargo, no se movió. Sus ojos estaban fijos en el lobo aferrado a mi—. Si hay algo que lamenté todos estos meses fuera, fue abandonarte. Tienes razón, fui cobarde —dio un paso atrás—, pero no cometeré el mismo error dos veces.

— ¿Qué...? —no alcancé a preguntar a qué se refería cuando desapareció.

Paul poco a poco me soltó y, con un ceño fruncido, me revisó de arriba a abajo.

— Lamento no llegar antes. No estás herida, ¿verdad?

— No, gruñon, estoy bien.

— ¿Segura? —me acarició una mejilla. Sus ojos eran un completo enigma—. Acabas de ver a tu ex, ¿de verdad estás bien?

— Lo estoy. No tienes de qué preocuparte.

Aún así, mientras Paul y yo acomodamos las cosas para cenar tranquilamente mientras veíamos una película, mi cabeza seguía dando vueltas en el hecho de que Jasper estaba de vuelta y que, si bien me trataba de autoconvencer de que ya lo tengo superado, mi traicionero corazón saltaba emocionado por tener al rubio de vuelta.

Pero, ¿por qué justo ahora que comenzaba a ser feliz con Paul?

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