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Riko fue incapaz de salir de la difícil situación en la que se encontraba. Las ataduras eran seguras y no le permitían ninguna palanca para salir.

No estaba claro cómo la rubia iba a darse cuenta de esta situación en particular.

Se enfrentaba a un desenlace inevitable.

La muchacha se detuvo, sorprendida, al percibir un ligero movimiento en la cama. Escuchó atentamente, intentando discernir sus intenciones, pero no ocurrió nada.

El entorno estaba desprovisto de cualquier estímulo auditivo, a excepción de su propia respiración.

Los ojos de la muchacha temblaban tras la máscara mientras miraba a su alrededor, con los ojos muy abiertos por la paranoia a pesar de no poder ver.

La muchacha reaccionó con un movimiento brusco, sintiendo el aliento caliente en las orejas y la sensación recorriendo directamente su cuerpo.

"¡Naruto! Suéltame inmediatamente. Si deseas vengarte, hazlo como corresponde a un caballero. Evita recurrir a tácticas turbias". Ella apretó la mandíbula y enrojeció de vergüenza, intentando apelar a su sentido del honor.

La estrategia resultó eficaz, aunque quizá no de la forma deseada.

La muchacha se sintió avergonzada cuando el chico se rió de ella, como si sus acciones le parecieran divertidas.

Poco a poco recuperó la compostura cuando ella lo miró con desprecio, oyéndole resoplar.

"No hay por qué preocuparse, Riko. Lo probaré y luego te liberaré". Ella pudo oír la desagradable sonrisa en su voz y le pareció desagradable que disfrutara de su posición de superioridad.

"Me vengaré como corresponde a un hombre, ¿y tú? Bueno..." Sus ojos se abrieron de par en par al sentir su palma caliente sobre su estómago.

Expresó su inquietud ante la sensación de su piel, observando que él había progresado cada vez más bajo hasta que finalmente...

"¡Debo protestar!" Sus ojos se abrieron de par en par.

La carne hizo contacto con el objeto.

"Además, lo tomarás como una mujer". El rubio procedió a frotarse entre las piernas de la chica a un ritmo lento, haciéndola temblar. Se sintió mareada y su coño fue presionado por los enérgicos dedos de la adolescente.

Era poco profesional e inapropiado que la tocara tan despreocupadamente en esa zona.

No procedió a una mayor penetración, sino que le indicó que su falta de protección física no tendría ninguna importancia si él ejercía su deseo de hacerlo.

La información fue tan inesperada que ella perdió momentáneamente el conocimiento.

Reaccionó con un respingo, sintiendo la proximidad de la rubia cuando se aferró a su cuello y jadeó, experimentando la succión en su garganta.

Podía sentir cómo le chupaba el punto del pulso, mordisqueándolo de forma similar a sus propias acciones.

Ella hizo lo mismo con su pene.

"¿Qué estás haciendo?", preguntó ella, con la voz entrecortada por un gemido cuando sintió que él aplicaba presión con los dedos sobre sus económicos pantalones de yoga rosas, haciendo que sus labios inferiores se separaran un poco.

Él le impidió hablar entablando un contacto oral con su boca, que no incluía ningún movimiento de la lengua, mientras ella intentaba zafarse de su agarre.

Se dio cuenta de que tenía los labios amoratados a causa de la fuerte succión y le preocupaba tener que volver a casa con los labios hinchados.

Tendría que informar a su hermana y a Keita de que había tenido un altercado que le había provocado la hinchazón de los labios.

Naruto - Y Sus MellizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora