Casos por resolver - Mafin AU

3. 📂

Para el maravilloso grupito de escritoras 🧁✍🏻 y para Shei, mi criminóloga fav  ✨ Desde aquí, pío-pío para todas, ¡guapas! 😂💕

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Eran las cinco y media de la tarde cuando habían conseguido localizar a algunos de los amigos de la víctima y Carmen y Claudia habían partido hacia la Facultad de Medicina donde habían quedado con tres amigas de Alicia. Estos momentos eran complicados porque si ellas no sabían nada de lo ocurrido, tendrían que darles la noticia, y encima después tendrían que hacerles preguntas complicadas para poder saber quién la mató.

Marta estaba hablando con un chico por teléfono cuyo contacto encontraron en el móvil de Alicia guardado como "Adri" y cuyos mensajes reflejaban lo que parecía una relación, aunque bastante tóxica por la parte del chico.

Fina se encontraba sentada frente a ella, recostada sobre el respaldo de la silla y apoyando las manos sobre su regazo, esperando pacientemente a que Adrián les dijese dónde podían verse para hablar sobre lo ocurrido.

En alguna ocasión Marta llegó a perder el hilo de la conversación porque se encontraba continuamente con los ojos de Fina mirándola fijamente a los suyos y, bueno... se despistaba. Una de las veces Fina le sonrió y decidió dejar descansar a sus ojos y coger una pelota hecha de gomas elásticas de color azul claro que había traído y se puso a jugar con ella. La pelota subía y bajaba, subía y bajaba, subía y bajaba en el aire una innumerable cantidad de veces. Fina se había distraído tanto con ella que se dio un susto al escuchar su nombre proveniente de la voz de Marta y se le escapó la pelota rodando hasta la pizarra.

—Perdón, dime —dijo Fina algo sonrojada.

—El chico no entendía nada —le comenzó a explicar levantándose de su silla—. No le he dicho exactamente por qué quiero hablar con él por si acaso, pero me ha dicho que podemos ir a su piso.

—Perfecto. ¿Tienes la dirección?

—Sí, vamos.

Mientras Fina apagaba su ordenador y se levantaba, Marta se agachó a por la pelota.

—¡Pilla! —le gritó un segundo antes de lanzársela.

La pelota pasó varias veces por las manos de Fina, volando por el aire, hasta que consiguió atraparla con una de ellas.

Marta chasqueó la lengua—. Quizá se te da mejor ser pitcher —dijo girando los talones para dirigirse a por el coche.

—Ey, también soy buena catcher, pero me has pillado desprevenida —dijo guardando la pelota en uno de los cajones del escritorio—. ¿Sabes de béisbol? —al no escuchar respuesta, levantó la vista y vio que Marta ya iba por mitad del pasillo—. ¡Espérame! —dijo corriendo tras ella.

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En menos de diez minutos Marta aparcaba su Suzuki Across de color gris en la calle del Águila 5, acompañada por una Fina que refunfuñaba mientras salía del coche, lo suficientemente bajito como para pensar que Marta no le oía, al no haber podido terminar de escuchar la canción que sonaba en la radio.

—Lo siento, Adrián nos está esperando—se disculpó Marta mientras cerraba el coche.

—Has parado "Good Luck, Babe!" justo antes del puente... más le vale hablar al tal Adrián este.

Fina se adelantó a Marta y para cuando se quiso dar cuenta ya estaba llamando al timbre y abriéndole la puerta del patio.

Subieron al segundo piso por las escaleras, encontrándose dos puertas, una con el número 3, que se encontraba cerrada, y la del número cuatro en la que Adrián les esperaba con cara de confusión. Era un chico de la edad de Alicia, 26 años, de pelo corto y castaño, ojos marrones y alto, bastante alto. Eso último fue algo que resaltó para Marta y por la mirada de Fina supo que para ella también, puesto que la persona que la cámara de seguridad captó era más o menos de aquella estatura.