— Sí mamá, Heeseungie está atento a eso, tampoco como muchas comidas chatarras. —Jake hizo un pequeño puchero ante la tablet, su madre estaba al otro lado de la vídeo llamada diciéndole o más bien recordándole por décima vez, lo que podía y no hacer en el embarazo.
— Me alegra escuchar eso cariño, estoy muy feliz de que tu alfa te cuide bien. —La mayor le sonrió con ternura desde el otro de la pantalla, se miraba un poco bronceada y tenía una expresión relajada.— Todo aquí es muy hermoso y el vino del viñedo es delicioso, nunca había probado algo así, un día de estos podrías venir y probarlo.
— No te preocupes, prometo que lo haré un día de estos, mientras mi cachorro esté pequeño no puedo tomar alcohol. —Su madre le sonrió algo apenada, no la podía culpar de nada, ella estaba muy emocionada con todo lo que Karina le enseñaba por allá, la pelinegra le había dicho que habían comprado muchas cosas y la pelirrosa siempre le hacía probar hermosos vestidos que eran caros.
Jake le había dicho que podía ponerse todo lo que quisiera, después de todo ellos tenían mucho dinero para comprarlo, pero sabía que su madre era muy modesta y apenas habría comprado un par de ellos.
— Lo sé, bien ya me tengo que ir, Karina dijo que hoy quería ir conmigo a un buen spa, estoy emocionada, seguro será algo extravagante, pero aún así lo quiero disfrutar. —La mayor sonrió con un sonrojo en sus mejillas.
Jake solo rió por lo bajo, le deseó la mejor suerte y la llamada fue cortada. El pelinegro suspiró poniendo la tablet a un lado, dió una pequeña sonrisa al aire mientras acariciaba su vientre.
Se levantó de su cama y salió a la oficina del pelirrosa, lo que pasó la noche anterior lo puso de buen humor, pero aún así quería ir a molestarlo un poco. Tocó la puerta y después la abrió lentamente, se fijó que habían unas personas allí, quizás estaba interrumpiendo una junta importante.
— Jaeyunie, qué bueno que llegas, ven pasa. —La voz del pelirrosa sonó, Jake asintió y entró despacio, caminó hasta el lugar donde estaba el mayor bajó la mirada de los demás.
A su nariz llegó el aroma a Omega, la mayoría de los que estaban allí eran omegas, no quería ser celoso, pero casi deja salir un pequeño gruñido. Los miró con detalles, estaba un Omega de cabellos castaños con unas que toras mechas claras, otro Omega de cabellos amarillos tenía una ropa brillante y hacia una pose rara, y la última era una Omega de largos y rubios también.
— ¿Quienes son? —Preguntó, un poco tosco pero lo hizo, Heeseung solo sonrió de medio lado notando la molestía que tenía el pelinegro.
— Dijiste que te sentías un poco solo ¿No?, Bien, te conseguí compañía. —El más alto dijo y el pelinegro lo miró algo asombrado.
— ¡Mucho gusto Yun, al fin puedo conocerte! —El Omega de cabellos castaños mechón claros se acercó.— Mi nombre es Choi Beomgyu, quería conocerte antes, pero el trabajo me mantiene ocupado.
— ¡Salut Coeur! —Saludó el Omega de ropa extravagante.— Espero que te haya gustado la ropa que compré para ti, Lee no me dejó elegir nada brillante, pero hice mi mejor esfuerzo. Soy Lee Yongbok o Felix.
Jake rió por lo bajo ante las poses raras que hacía el omega Felix. La última en tomar la palabra fue la Omega de cabellos rubios.
— ¡Es un gusto Jake, soy Marsh Danielle! Estoy feliz de conocer la pareja de Lee al fin. —Ella sonrió y agitó sus brazos con energías, aparentemente si estaba muy feliz, el aroma de ellos se lo podía comprobar.
— Ellos son algo así como parte de la familia, el perro Maltés sucio es el Omega del cabellos del chismoso que tengo como guardaespaldas, la cara de ñada es la Omega mejor amiga casi hermana del labios de pato, y el modelo de la revista barata es el Omega del cocinero. —Los omegas chillaron en protesta a los apodos. y el pelinegro solo pudo reírse, no sabía cómo era que al prime se le ocurriam ese tipo de cosas.
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𝐉𝐚𝐤𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞 𝐮𝐧 𝐜𝐚𝐜𝐡𝐨𝐫𝐫𝐨 ✩‧₊˚┆𝐇𝐞𝐞𝐣𝐚𝐤𝐞 ꒱
FanfictionJake quiere un cachorro, actualmente tiene 25, casi 26, años. Un trabajo estable, buenos ahorros, una vida tranquila. Es feliz con eso, o eso creé, hasta que quiere un cachorro, no entiende porqué cada vez que sale al parque mira con anhelo a las ma...