BEN ESPERABA ANSISOSO LA LLEGADA DE LOS CHICOS de la isla, pero a pesar de que eso era lo importante ahora, se encontraba buscando a su amiga por todos lados. Olympia le había dicho que estaría allí con él para ayudarlo a hacer el recorrido, pero la castaña no había llegado.
-¿A quién buscas Beni-boo? -le preguntó su novia Audrey, pero no hizo falta de que él le respondiera, porque en el momento que vio a Olympia a lo lejos, su novio se soltó de su agarre y fue en su dirección-.
-Al fin llegas -le dice Ben a su amiga, quién hace una mueca arrepentida-.
-Lamento llegar tarde, es que recibí una carta de mi madre.. Pero ya estoy aquí, relájate -le sonríe calmada, haciendo que Ben ruede los ojos- Ahora vamos, los invitados están por llegar.
Cuando llegaron junto a los demás, Audrey vuelve a tomar el brazo de su novio y le dedica una sonrisa bastante falsa a la castaña, quién le devuelve le devuelve el gesto. Para el pesar de Ben, ellas nunca se llevaron bien, ni antes de que ellos se pusieran de novios, grata fue la sorpresa de Olympia cuando él se lo dijo, no le habló como por una semana.
El momento incómodo se terminó al escuchar las bocinas de las limusinas a lo lejos.
-Oh, ya llegaron -exclamó Audrey con falso estudiamos y se llevó a rastras al castaño de allí-.
Olympia levantó las cejas y los siguió manteniéndose atrás de ellos. Cuando la limusina se detuvo delante de ellos y se abrió la puerta, calló un chico que estaba peleando con otro por un trozo de tela, haciendo que la banda deje de tocar y todos los miren sorprendidos.
-¡Tienes todo lo demás! ¡¿Por qué quieres esto que no se que es?! -exclamó el chico en el suelo-.
-¡Porque tu lo quieres! -dijo-.
Detrás de ellos salieron dos chicas, una tenía el cabello azul y la otra morado, y junto a ellas había un chico más. Olympia lo miró con interés, era alto y de tez pálida, su cabello era castaño oscuro y ojos marrones.
El Hada Madrina se abrió paso entre los chicos de la banda con ellos detrás.
-Chicos, chicos.. Tenemos publico -les murmura la chica de cabello morado a sus amigos-.
-Solo limpiábamos -dijo el chico de pie y ayudo al que estaba en el suelo- Levántate.
-Déjenlo como estaba. Y me refiero a que lo dejen, de verdad -pide el Hada Madrina-.
Los dos jóvenes devolvieron las cosas a la limusina de mala gana.
-Hola, bonita.. Mi nombre es Jay -habla uno de los chicos acerándose a Audrey, haciendo reír a la chica-.
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𝐎𝐋𝐘𝐌𝐏𝐈𝐀 | Descendientes
Roman pour Adolescents- Olympia, la futura gobernante del Monte Olimpo. Mandada a Auradon desde pequeña para que le enseñen todo lo que necesita para convertirse en diosa. Pero todo su mundo se pondrá de cabeza cuando su mejor amigo y futuro rey, decida traer a cuatro ad...