Un príncipe celoso

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OLYMPIA SE ENCONTRABA EN LAS GRADAS para ver el entrenamiento de tourney, tenía un tiempo libre entre clases y pensó que sería divertido ir a ver a los nuevos jugar

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OLYMPIA SE ENCONTRABA EN LAS GRADAS para ver el entrenamiento de tourney, tenía un tiempo libre entre clases y pensó que sería divertido ir a ver a los nuevos jugar. Y no se equivocó.

-¡Ey! ¡Ey, tú, niño perdido! ¡Ponte el casco de una vez y sal de la zona de riesgo! -le gritaba el entrenador al pobre Carlos, que no sabía que hacer-.

-¿Te gusta el tourney? -le preguntó una voz y cuando ella se voltea se encuentra con Marcus-.

-Eh, solo vine a ver como le iba a ustedes.. ¿Tú por qué no estás en el campo? -cuestiona-.

-¿Quieres verme jugar? -responde con otra pregunta y ella alza las cejas- No lo sé, quiero acostumbrarme a estar aquí antes de meterme en alguna actividad extracurricular.

Ben lleva su mirada a Olympia y se sorprende al verla con Marcus, hace un rato estaba sola. Ellos parecían amigos de toda la vida, Olympia tenía expresión calmada y una pequeña sonrisa mientras que miraba a Marcus que le estaba contando algo, una incómoda sensación se instaló en la boca de su estómago y apartó la mirada molesto.

Entonces el entrenador tocó el silbato y Olympia levantó las cejas con sorpresa al ver a Jay. El chico con un solo empujón tiraba a sus contrincantes y cuando llegó a la zona de peligro pudo esquivar todas las bolas que le lanzaban.

-¡Jay, escúchame, soy yo, Carlos! -le gritó cuando su amigo se acercó a él con prisa, el hijo de Cruella le lanzó su palo para que se detenga pero no funcionó. La pelota rebotó en su escudo y Jay saltó sobre su amigo, cuando la pelota tocó el campo nuevamente, Ben fue a buscarla, pero Jay lo empujó y terminó anotando-.

-¡Vamos! -exclamó Jay y se quitó el casco para luego comenzar a hacer un pequeño baile de la victoria-.

-¿Siempre es así? -le preguntó Olympia a Marcus y el asintió- Bueno.. Hizo de este juego un poco más divertido. Siempre me aburría cuando venía a ver a Ben.

Marcus alzó las cejas y la mira de reojo, pero prefirió no decir nada.

-¡Tú! ¡Quiero que vengas aquí! -le ordena el entrenador- ¿Qué fue lo que hiciste ahí? Te diré que fue.. Talento crudo. Ven a mi oficina más tarde, te mostraré algo que nunca viste, se llama reglamento. Bienvenido al equipo, hijo -luego el entrenador mira a Carlos- Tal vez el tenis te vaya bien.

-Yo lo apoyaré -habla Ben poniendo una mano sobre el hombro de Carlos-.

-De acuerdo -asintió- ¡A seguir practicando!.

Luego de que el entrenamiento terminara, Olympia fue a buscar sus libros a su casillero para su siguiente clase y Marcus la acompañó, encontrándose con Mal e Evie en el camino

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Luego de que el entrenamiento terminara, Olympia fue a buscar sus libros a su casillero para su siguiente clase y Marcus la acompañó, encontrándose con Mal e Evie en el camino. A unos metros de ellos estaban Ben, Audrey y Chad, estos dos últimos vieron con mala cara a los chicos de la isla.

-Esos chicos son problemáticos -asegura Chad- Deberías decirle a Olympia que no se junte con ellos.

-¿Qué pasa Chad? No es para tanto -niega Ben-.

-No te ofendas Beni-boo, eres demasiado crédulo. Oye, se que tu mamá se enamoró de una enorme bestia que resultó ser príncipe, pero con mi mamá, la bruja mala solo era una bruja mala... Y era su madre -señala Audrey a la chica de cabello morado-.

-Creo que se equivocan.. Te veré luego -Ben se despide y camina hacia ellos- Hola.. ¿Qué tal su primer día?.

-Super.. -responde Mal con un poco de sarcasmo-.

-Creo que deberías llevar el talento que muestras aquí a la clase de artes -dijo mirando el casillero de Mal y luego mira a la castaña- ¿Verdad, Oly?.

-¿Oly? -repite Marcus y mira a la chica con las cejas alzadas- Es un nombre muy digno, Diosa Oly.

-Ya cierra la boca -bufa Olympia y lo empuja suavemente-.

Ben y Mal los miraban de distintas formas. Ella los miraba aburrida, pero con una pequeña sonrisa, muy en el fondo le agradaba la chica, fue la única además de Ben que los trataba bien. En cambio Ben, seguía extrañado con el comportamiento de su amiga y jamás lo admitiría, pero sentía un poco de celos al no tener su atención.

-Si.. No creo que sería divertido, Ben -responde Mal a la propuesta del príncipe y se aleja de ellos para seguir a Jane-.

Ben asiente y mira a su amiga, quién sacaba sus libros del casillero.

-Oye, ¿quieres que hagamos los deberes juntos? -le preguntó con una sonrisa, pero al ver la mueca de culpa que hizo Olympia, su sonrisa fue desapareciendo-.

-Lo siento, pero ya le dije a Marcus que lo ayudaría.. Puedes venir con nosotros.. ¿Verdad? -Olympia mira al chico y este asiente con una sonrisa un poco forzada-.

-Claro.. Mientras más, mejor.. Creo..

-Eh, no, está bien. Recordé que mi padre me pidió verlo para hablar sobre la coronación -habla incómodo. Ben suspira y deja un pequeño beso sobre la mejilla de la chica- Te veo luego.

Olympia se queda viendo como su amigo se alejaba, ese beso le había dejado un sabor amargo en su boca y un nudo en su garganta.

-¿Vamos? -la voz de Marcus la trae de regreso y lo mira con su mejor sonrisa falsa, para luego asentir- Deja que te cargue los libros.

Ben antes de doblar en el pasillo les dedica una última mirada justo para ver como Marcus agarraba lo libros de Olympia y comenzaban a caminar en el sentido contrario a él, y la sensación que estuvo con él todo el día se intensificó, esa sensación que él sabía que se llamaban celos.

Ella no lo había mirado ni hablado en casi todo el día y cuando tenían tiempo para estar solos, ella iba con alguien más. Nunca le había pasado, no así de intenso y se sentía un tonto. Olympia era su amiga, su mejor amiga, y tenía toda la libertad del mundo para conocer a alguien, pero por muy egoísta que sonase, él esperaba que no lo hiciera y que se de cuenta que el chico perfecto para ella, estuvo enfrente suyo todo estos años.

 Olympia era su amiga, su mejor amiga, y tenía toda la libertad del mundo para conocer a alguien, pero por muy egoísta que sonase, él esperaba que no lo hiciera y que se de cuenta que el chico perfecto para ella, estuvo enfrente suyo todo estos años

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