Ya no somos niños

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OLYMPIA Y MARCUS SE ENCONTRABAN SENTADOS REPASANDO en unas de las bancas al aire libre, ella lo estaba ayudando con su tarea de historia

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OLYMPIA Y MARCUS SE ENCONTRABAN SENTADOS REPASANDO en unas de las bancas al aire libre, ella lo estaba ayudando con su tarea de historia.

-Bueno, ya estudiamos mucho, háblame de ti -interrumpe su lectura y le quita el libro de la mano-.

-¿Qué quieres saber? -le pregunta ella mirándolo-.

-De preferencia todo, pero solo dime lo que tu me quieras decir -dijo Marcus-.

-Bueno.. Mi nombre completo es Olympia Hera de Tabes. Los dioses no tienen apellidos, entonces mi madre me dio el suyo y mi segundo nombre es por mi abuela -responde con una pequeña sonrisa-.

-Bueno, ese es un nombre más digno que Oly -dice divertido y Olympia rueda los ojos-.

-Voy a matar a Ben, no puedo creer que lo dijo en frente de ustedes -bufa ella- Él sabe que no me gusta ese apodo.

-¿También sabe que te gusta o tampoco entendió esa parte? -esa pregunta la toma por sorpresa y lo mira con ojos abiertos-.

-Es mi mejor amigo. Lo hemos sido desde que llegué aquí hace muchos años y su familia me cuidó, hasta sus padres dicen que soy la hija que no tuvieron. Sin mencionar que Ben está con Audrey -responde de manera rápida y con una mueca-.

-No negaste que te gusta.

-¿Qué hay de ti? -cambió de tema- ¿Cómo fue vivir en la isla?.

-Bueno.. Para todos es distinto, para mi no fue muy difícil. Tenía un hogar, mis amigos, una madre que me quería -responde tranquilo-.

-¿Como es que ella sigue viva? Si es que se puede saber claro -cuestiona con curiosidad Olympia y deja los libros de lado para prestarle más atención- En la historia hay muchas versiones.

-La mamá de Mal, Maléfica. Ella le ayudó a mantenerse joven antes de que los atraparan en la isla. Si envejece, pero más lento. Es lo que hay -dice mirándola- Sabes, se que en la historia de Rapunzel ella es la villana, pero a mi ella me cuidó y amó. Conmigo si fue buena madre.

-Pues hizo un buen trabajo -asegura Olympia con una sonrisa- Tiene un gran hijo.

-¿La Diosa Oly coquetea conmigo? -cuestiona alzando una ceja y regalándole una sonrisa coqueta, pero antes de que Olympia respondiera, una chica llega a ellos-.

-¡Olympia! Al fin te encuentro. Te necesito -exclamó la joven y solo entonces se da cuenta del chico al lado de su amiga- Oh, hola.

𝐎𝐋𝐘𝐌𝐏𝐈𝐀 | DescendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora