Checo vio a Carola salir de la habitación mientras seguía sentado en el mismo sillón que cuando llegó. Cuando la puerta se cerró detrás de su nueva psicóloga, Checo regresó la mirada al sillón vacío frente a él. Parecía un poco raro haberle confesado cosas tan personales a un extraño con tanta facilidad, pero, por alguna razón, se sentía como un paso en la dirección correcta.
Aun no le había confesado lo que le había pasado en los últimos cinco años de su vida, pero empezaba a tomarle confianza y la manera en que sus preguntas lo hacían ver nuevas perspectivas de la situación y cuestionarse sus pensamientos negativos que se volvían un poco más positivos era aterrador.
Escuchó la puerta de la habitación abrirse de nuevo y esta vez, fue Christian quien apareció detrás de ella. Cerró de nuevo y se acercó al sillón donde Checo estaba sentado.
—¿Y? ¿Cómo te fue con la doctora Martínez? —preguntó Christian con un poco de duda.
—Bien. Creo... que de verdad lo necesitaba. —contestó Checo con completa sinceridad, pero con la mirada gacha por la pena que le daba admitir que lo necesitaba. —Fue... revelador.
Christian se hincó en frente de Checo para tratar de quedar en su campo de visión, cuando sus miradas se cruzaron, tomó las manos de Checo entre las suyas y repartió leves caricias sobre el dorso de estas con sus pulgares.
—Me alegra oír eso, Checo. —respondió Christian con una leve sonrisa en su rostro. —Sé que es difícil abrirse sobre estas cosas, pero verás que con el tiempo se vuelve más fácil, nada de lo que platiques con la doctora Martínez saldrá de sus sesiones.
—Eso espero, pero la verdad... no sé si algún día podré sanar por completo. Me preocupa que todo el esfuerzo que ponen tú y Max sea en vano.
Se le quebró la voz en las últimas palabras, seguía muy sensible después de su sesión con Carola y no ayudaba que Christian lo viera con tanta preocupación y cariño, sentía que estabas siendo un peso extra para él y Max. No estaba acostumbrado a la ayuda después de haberlo sobrellevado por su cuenta y en silencio por tanto tiempo.
—No desesperes, Checo. —lo animó Christian mientras acariciaba una de sus mejillas. —Sanar lleva tiempo, son pequeños pasos. Tienes que darte el espacio para ello y no importa el tiempo que te lleve, Max y yo estaremos a tu lado durante todo el proceso, no importa qué.
—Gracias, Chris.
—Ni lo menciones. —Christian le dio unas palmaditas en las piernas y se volvió a poner de pie antes de extenderle la mano a Checo. —Ahora, vamos a regresarte con Max.
Checo tomó la mano de Christian y se levantó del sillón. Sentía como el peso de los últimos años iba disminuyendo de a poco, justo como en el momento que vio su marca desaparecer, este era un pequeño paso más como había dicho Christian.
—Llévame a mi hogar, entonces.
[...]
Algo le había pasado a Checo.
No había otra explicación para que se tardara tanto en su paseo con Christian. A pesar de que no había sentido ninguna emoción fuerte como cuando lo había encontrado con Esteban, nada más no podía mantenerse tranquilo. Rondaba su departamento en círculos con Jimmy y Sassy siguiéndolo de cerca.
Había ido a recoger a sus gatos con la cuidadora que se hacía cargo de ellos mientras él viajaba por su trabajo, había ido al supermercado por alimento para gato y a reabastecer el refrigerador. Había hecho todo eso y vuelto a casa y aun no había señales ni de Christian ni de Checo.
¿Estaba siendo paranoico?
Quizá.
Pero no podían culparlo. Las cosas buenas nunca le duraban mucho tiempo y lo había aprendido a muy corta edad con el divorcio de sus padres. Había perdido a sus madres y a su hermana en un instante sin que se diera cuenta y forzado a vivir únicamente bajo las exigencias de su padre por ocho años en los que no vio a ninguna de las dos. Sus amistades habían sido igual de pasajeras, con Daniel en RedBull, con Carlos en Toro Rosso, con Charles en sus años de karting. Aun mantenía la familiaridad con Martin, pero lo veía tan pocas veces al año que incluso parecía castigo divino.
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No Te Pertenece (Chestappen)
Fiksi PenggemarLa revelación de que Sergio Pérez es un omega sorprendió a muchos en la Formula Uno, incluso a su entonces equipo Racing Point que daría por terminado su contrato en cuanto el chico apareció en el paddock con una marca en su cuello. Con una nueva op...